lunes, 23 de enero de 2012

XIII Media Maratón Ciudad de Getafe

Segunda participación en la MM de Getafe y entre una y otra han pasado la friolera de 8 años. Por entonces hacía pocas carreras al año (un maratón o dos, tres o cuatro medias) y a tope y estas, aunque concurridas, distaban bastante de los números de participación en los que se mueven ahora. Por ejemplo, en aquel lejano 2004 apenas se sobrepasaron los 1.500 llegados a meta, que contrastan con los pocos más de 3.500 que lo hicieron ayer. Ignoro dónde quedaron los más de 4.000 inscritos que repetía por megafonía la empresa encargada de organizar el evento, junto al ya célebre Club de Atletismo Artyneon de la localidad getafense (sí habría que añadir los gorrones sin dorsal que los había y en buen número).

La carrera ha conservado alguna de sus características de aquella época. Ser la primera MM del calendario madrileño y que servía para ir calentando motores con vista al gran objetivo de muchos: el antiguo Mapoma, hoy Rock'n'Roll Madrid Maratón. Se empezaba por ella y se continuaba (generalmente una al mes, que en esto sí se ha cambiado) con Fuencarral en febrero, la media de Ciudad Universitaria en marzo y la MM de Madrid 3 semanas antes del evento principal. Bueno, esta era una opción, clásica eso sí, de preparación. Había variantes, como Coslada (hoy en día en problemas) y otras que llegaron después como La Latina.

La otra característica es su circuito favorable, a dos vueltas. Bastante llano, el principal desnivel es la zona de salida, por el que se baja 3 veces (la última antes de entrar en el estadio Juan de la Cierva) y se sube dos. Luego hay alguna mínima subida y bajada pero de escasa entidad. Así que también atrae a bastante gente para lograr una buena marca, sobre todo con lo difícil que en la capital es encontrar un circuito rápido. Y, también, reparte buenos premios, pues sigue acudiendo algún atleta extranjero de nivel ( keniata y marroquíes); el nivel de los españoles no es tan bueno, pues este año ha salido del calendario de la RFEA para no tener que atracar al corredor y cobrarle "la licencia de día" (AKA finánciame a mí a mis amiguetes, que queremos perpetuarnos en la federación).

Con hora y media de adelanto llegaba a Getafe, donde se presentaba una mañana soleada y agradable para correr. A pesar del alto número de participantes, poca espera para recoger el dorsal, pues se había dividido por apellidos en numerosos grupos. La verdad es que el número de voluntarios era elevado, lo que contribuyó a esa rapidez.  Se había anunciado una especie de salida por tiempos, confiando en la imposible (en líneas generales), capacidad de raciocinio del corredor nacional; por supuesto, dicha capacidad no apareció por ningún lado y, además, los organizadores a última hora desistieron de colocar los carteles orientativos de tiempos.

Al ser la avenida ancha y usar los dos carriles separados por una mediana, pronto me coloqué donde creía que ayer correspondía al tiempo que pensaba hacer (sobre 1h40'). Aun así, pasaron 47 segundos hasta que pasé por la alfombra... por supuesto, toda la carrera fui adelantando a corredores, pues la gente se había colocado muy por delante de donde le correspondía. En los primeros kms, iniciados en bajada, se produce el clásico embotellamiento, fomentado en parte por lo expuesto. Luego, ya se puede correr bien y en todo momento se hace acompañado.

Desde un primer momento mantengo un ritmo controlado, pero los kms (cosas de ponerse el dorsal) van pasando más deprisa de lo planeado: sobre 4'20" el km. El buen estado de forma, para mis posibilidades, hace que sea un ritmo cómodo y vaya disfrutando y hablando con eventuales compañeros. Sólo en los últimos 4 kms acelero un poco y hago sobre 4' el km, para entrar en el estadio (la anterior llegada estaba fuera) marcando 1h30'07" netos. Ningún tipo de dolor en las piernas el día después pero estoy seguro de que esto pasará algún tipo de factura el domingo. Tampoco me preocupa demasiado, pues en Marrakech igual me da hacer 5 minutos más y me lo tomaré con cierta tranquilidad.

jueves, 19 de enero de 2012

La trilogía Barrytown

Con el nombre de trilogía Barrytown se engloban las tres primeras novelas del escritor Roddy Doyle (Dublín, 1.958): The Commitments, The Snapper y The Van. Describen la dureza de la vida en los suburbios de Dublín y la situación de la clase obrera que los habita, combinando este dramatismo con un tono de comedia en el conjunto de una prosa amena, repleta de diálogo y coloridas descripciones. Las tres obras enunciadas se centran, dentro de ese círculo, fundamentalmente en los avatares de la familia Rabbite.

Esta trilogía, para muchos, también es famosa porque se adaptó al cine consiguiendo aunar dos factores que no siempre (y soy muy generoso) van unidos: calidad y cierto éxito. En lo primero, gran parte de la culpa la tuvo el hecho de que fuera el propio Doyle el encargado de escribir el guión basado en su propia novela (compartiendo créditos en la primera de ellas, eso sí), con lo que se mantuvo toda la esencia de la obra literaria. Incluso, The Snapper fue concebida como película para TV aunque luego acabó proyectándose (al menos en nuestro país) en salas de cine debido a los dos factores expuestos.


En 1991, Alan Parker  dirigía The Commitments, que narra "la formación, ascenso y caída" de un grupo blanco de soul en Dublín, en la línea de Wilson Picket; película que gozó de merecido éxito y que muchos recordaremos, especialmente, por su excelente banda sonora.  Tras esta, Stephen Frears dirigiría en 1993 The Snapper (bautizada en España como Café irlandés, y hasta ahí puedo leer... sin cabrearme) y en 1996 The Van.


Como curiosidad cinematográfica, el actor irlandés Colm Meaney es el único que aparece en las tres películas, dando vida al cabeza de familia: Jimmy Rabbite. Pero sólo se usa este nombre en la primera de las películas, en las otras dos se sustituye. La razón: 20th Century Fox adquirió los derechos para esa película y con ello los nombres. Y otra: tanto Parker como Frears, aunque criados en ambientes obreros (que fueron dejando a medida que ganaban pasta con sus películas, si no antes) son... ingleses.


En definitiva, recomendable tanto leer la trilogía como ver las adaptaciones para pasar un magnífico rato. Especialmente The Commitments es una excelente película; recordemos que Parker, director algo irregular pero interesante, ya había dirigido (entre otras, como Midnight Express, Birdy o creo que la infravalorada Angel Heart) en el terreno del género musical Bugsy Malone, Fame (sí, la de la serie) y The Wall (también conocida como Pink Floyd The Wall). Después rodaría otra con Banderas y Madonna que "Evito" pronunciar.

El mítico Dark end of the street en versión The Commitments:

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jueves, 12 de enero de 2012

Historias de la guerra sucia: La boca del lobo

La boca del lobo tendría muchísimas posibilidades de ser destacada como la película más importante del cine peruano. Quizá esto pueda significar poco (casi nada) para un "espectador occidental normal", de esos que ven filmes en Tele 5, acuden a multicines palomiteros para ver estrenos USA y creen que Clint Eastwood habla con acento de Albacete (localidad donde nació Constantino Romero y que queda un poco retirada de San Francisco). Pero la película dirigida por Francisco J. Lombardi no creo que tuviera/tenga como objetivo llegar a ese público.

La boca del lobo es, ante todo, una película polémica y valiente. Polémica por el tema que trata y la perspectiva desde que lo hace; valiente porque fue rodada y estrenada cuando el problema estaba caliente, a diferencia de muchas otras películas denuncia que se escudan en el paso del tiempo y en la lejanía de los acontecimientos.

En la mayoría de regímenes democráticos se ha planteado un mismo dilema. Frente a ataques al Estado de Derecho por parte de enemigos internos (grupos terroristas, fundamentalmente), ¿se debe luchar únicamente con armas legales y con el poder de la ley? La respuesta esiempre ha sido sí; los hechos demuestran que no. Incluso en España, ante los ataques de ETA o GRAPO se usó la guerra sucia y se formó el GAL que, pasado por el rodillo hispano, dio lugar a lo que conocemos: errores en los objetivos, pulseras para todas, ferreterías que un año súbitamente facturan 300 millones de las antiguas pesetas... y mantas de las que jamás se tira.

"Dejémonos de historias, porque incidentes como los que ha habido en España los ha habido en todos los países en los que una actividad terrorista ha golpeado a la democracia".
                                                                                                                          Felipe González Márquez


En 1980, Perú celebra elecciones que ponían fin legalmente a un período que se había extendido desde 1968 y en el que el poder lo habían ostentado las Fuerzas Armadas. El grupo de inspiración maoísta Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso, decide no presentarse y comenzar la lucha armada, asentándose principalmente en el departamento de Ayacucho. Las hostilidades comenzarán a ser más fuertes a partir de 1982 y es en este momento cuando se declara el Estado de Emergencia en la zona y el ejército pasa a controlar la zona. Un ejemplo de esto es lo que vemos en la película, en el pueblo de Chuspi y como las fuerzas que representan el orden incurren en los mismos errores (y horrores) que los revolucionarios (=asesinos).

Todos sabemos más o menos cómo se desarrolló la vida de Sendero Luminoso a partir de esto. Violencia contra el Estado, contra los campesinos que no les seguían, enfrentamientos con grupos contrarrevolucionarios y con otros revolucionarios (el MRTA), extensión del movimiento a las ciudades y a otras zonas y detención en 1992 de Abimael Guzmán, momento a partir del cual (sin desaparecer) la organización deja de tener importancia.

La película comenzó a planearse ya en 1985, aunque no pudo rodarse hasta finales de 1987 y principios de 1988, ya con Lombardi (La ciudad y los perros, Pantaleón y las visitadoras, etc) en el proyecto. El rodaje y el argumento se llevó con lógico secretismo y, antes de ser estrenada, tuvo que pasar el filtro del Ministerio de Defensa. No se censuró, pero se intentó retrasar el estreno, pues se veía como una película que "promovía subversión".

La verdad es que la película (que afirma, al inicio, basarse en hechos reales) critica a un bando y a otro, aunque se base más en los desmanes del ejército; pero no creo que esto sea llamar a la subversión. Tiene taras como el bajo presupuesto o la escasa calidad de los actores, menos un normalmente destacado Gustavo Bueno; pero se hace creíble, con esos verdaderos campesinos de la zona, y hace reflexionar.


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lunes, 9 de enero de 2012

Carretera y manta: XX CP Ruta Carlos III-Ciudad del Sol

Para la primera carrera del año nos hemos ido a la provincia de Sevilla, entre esta ciudad y Córdoba. El hecho de que no haya casi carreras en la zona centro ( y menos distancias elevadas en los comienzos del año), la idea de buscar una especie de test para Marrakech (sólo quedan 3 semanas), la atrayente y singular distancia (25,600 kms) y correr en una provincia en la que todavía no lo había hecho, se mezclaron para que esta Ruta Carlos III-Ciudad del Sol fuera la elegida. Y ha sido una buena elección.


La prueba tiene la salida en la localidad de La Luisiana y sigue el curso de la carretera SE-9104, desde allí a Écija, desviándose únicamente para el paso por las pequeñas localidades de El Campillo (km 4) y Cañada Rosal (km 10). Podríamos encuadrarla en ese grupo de carreras "lineales" (salida y meta en lugares diferentes separados por una distancia similar a la que tiene la carrera) cuyo ejemplo más significativo es el Maratón de Boston que, por cierto, es mi gran objetivo para 2013; pero esa es otra historia. Entre las que he corrido y que participan de esas características puedo citar la tercera media maratón más antigua de España en la actualidad, la Ciudad Real-Torralba, o el Maratón de Venecia.

 El fin de semana comenzaba el sábado sobre las 7,30 de la mañana. 3 kms muy lentos por eso del streak runner (153 días seguidos acumulo ya), ducha y rumbo a Córdoba, donde poco después de las 12 llegaba. Allí habia quedado con un miembro del foro de carreraspopulares.com, Blankiverde (Kike) que me hizo de perfecto anfitrión: paseo por todo el centro de la ciudad, comida en un italiano para cargarnos de hidratos, café en la Plaza de la Corredera. Tras dejarlo de compras con su señora, embarazada de 6 meses, me desplazaba ya de noche a La Carlota, donde estaba el Hotel.
El domingo por la mañana, llegaba poco después de las 9 a Écija, donde aparcaba cerca de la meta y cogía un autobús que llevaba a la localidad de La Luisiana, donde se hallaba la salida. Unos 1.300 corredores en un día soleado (16-17 grados a mediodía) aunque con un poco viento que toda la prueba sopló de cara. A las 11 se daba el pistoletazo y pronto salíamos de esta localidad para tomar la carretera; por cierto, felicitaciones a la organización, completamente cerrada al tráfico. Por lo tanto, desde un primer momento se puede correr bien.

Fiel a mi estilo, paso de grupos y corro por sensaciones; quizá hoy no fuera lo más recomendable por el viento desfavorable, pero es la costumbre. Los pasos por las localidades intermedias amenizan el recorrido, pues son muchos los vecinos que han salido a ver la carrera y aplauden de lo lindo. Tras salir de la segunda de ellas, Cañada Rosal, quedan ¡15 kms! Es la gran "trampa" de esta distancia; además, sabes que si tomas el ritmo más o menos de una media maratón, puedes pinchar los últimos kms. Por eso, he preferido ser un poco reservón. A partir del km 17 decido que estoy bastante bien e incremento un poco el ritmo, aunque sigo sin ver Écija. Si por alguna causa no vas bien del todo, este tramo de 12 kms entre poblaciones se hará eterno.

Écija, metida en un valle que hace que en verano haga un calor espantoso, comienza a verse en torno al 20, y en el 21 casi llegamos a sus puertas (el km 21,097, la media maratón, la paso un poco por encima de 1h27'). Comienza aquí una fuerta bajada y cuando entras en sus calles... el horror: adoquín. Pero un adoquín grande, irregular, terriblemente incómodo; una tortura para pies y piernas a estas alturas que no puede ni contrarrestarse con la numerosa gente que ha salido a la calle en esta mañana "cuasi" primaveral y que no deja de animar con su típico gracejo andaluz. Estos últimos más de 3 kms se hacen durísimos e inacabables, aunque todo pasa y llego a meta bastante entero y marcando 1h45'10" oficiales.

Recojo los obsequios (camiseta, trofeo para todos y bolsa de avituallamiento muy completa; excelente para una prueba de 11 euros, por lo que algunos deberían aprender), me ducho, busco y me despido de Kike y rápidamente me dispongo a recorrer los 360 kms hasta casa. Ha sido una buena experiencia esta carrera y parece que tras Castellón y las fiestas mantengo un buen estado de forma, para mis posibilidades, con vistas al maratón de dentro de 20 días (aunque nos lo tomaremos con más tranquilidad que el anterior).

lunes, 2 de enero de 2012

De San Silvestres y otras carreras

Cuando se acerca la Navidad, comienzan a proliferar carreras de distancias cortas que culminan con las que se celebran el día 31: unas, las más famosas, se conocen con el nombre del patrón del día (San Silvestre) y otras como Carreras del Pavo. Aunque ya este animal ha sido sustituido por otros en la mayoría de las mesas la última noche del año.

El boom de las carreras populares, unido al carácter festivo de este tipo de pruebas, ha hecho que este tipo de eventos se extienda hasta límites insospechados hace una década y cuenten con participantes que no se ponen un dorsal en otra ocasión (y algunos ni salen a correr). Cada año aparecen nuevas localidades que el día 31 organizan su carrerita. Algunas de ellas, ante la saturación de pruebas el mismo día optan por fechas anteriores; no son San Silvestres en sentido estricto, pero así suelen denominarse. De hecho, en el lenguaje del corredor popular, toda carrera a partir del 18 de diciembre puede ser catalogada como tal. Yo, la verdad, es que soy purista; también me horroriza cuando alguien me habla de un maratón de 10 kms y esas cosas.

De todas ellas, de todas las San Silvestres, destacan sobre dos. Primero, la de Sao Paulo, por ser la originaria. Se celebró por primera vez en 1924 y trataba de ser una réplica de algunas carreras europeas (especialmente en Francia) que se celebraban la última noche del año y en la que se portaban antorchas. Actualmente tiene una distancia de 15 kilómetros y congrega cerca de 20.000 personas (unas 18.000 en 2010).

El otro gran nombre es la San Silvestre Vallecana. La internacional data de 1964 y a esta se le unió la popular, que este año ha llegado a su edición nº 34. Como sabemos, destaca por su marcado carácter popular, donde los dorsales desaparecen pronto; este año han salido unos 38.000 a la venta y se han agotado en 3 días. Sin embargo, 31.486 aparecen como finishers e incontables corren sin dorsal, porque se han quedado sin él o por su afición a beneficiarse de los demás.

Esto convierte a la SS Vallecana Popular en la segunda carrera más populosa de España, por detrás de la Cursa de El Corte Inglés, que este año ha convocado a más de 58.000 personas para recorrer 10,766 kms por las calles de Barcelona. Excepcionalmente, en 1994 se concentraron en esta carrera casi 110.000 personas, aunque ni mucho menos todas terminaron (se intentaba batir el récord mundial de participación). Este récord ahora lo ostenta una carrera en la capital de Filipinas, Manila, con 160.000 participantes y 116.086 finishers para una ditancia a elegir entre 10, 5 y 3 kms y que se hizo el año pasado para conmemorar el 10-10-10 como fecha.

Quitando estas carreras o ediciones puntuales, en el ránking de carreras más populosas el puesto de honor se lo lleva una prueba que se celebra en Sydney y cuyo nombre es Sun-Herald City2Surf , de 14 kms, más de 86.000 inscripciones y 68.930 llegados a meta este año. En esos primeros puestos también se encuentra la JP Morgan Chase Corporate Challenge (Frankfurt, 3,5 millas, 65.000 llegados en 2008) o la Peachtree Road Race que se celebra el 4 de julio en Atlanta (sobre 55.000). Ya que estamos, decir que los medios maratones con más corredores son el Great North Run en Inglaterra y el de Göteborg, ambos con una participación por encima de las 50.000 personas. El primer maratón es el de NY, que el año pasado se propuso tener más de 45.000 corredores que concluyeran la carrera.

La verdad es que nunca me ha gustado correr en carreras tan populosas, especialmente en una distancia relativamente corta como los 10 kms; por eso nunca me ha llamado la atención la carrera vallecana. Tampoco me gusta demasiado hacer carreras de distancias cortas. Pero como por estas fechas no hay otra cosa, el día 24 hice una de 6 kms en Lillo. Y para despedir el año, por novedad y cercanía geográfica, he optado por hacer dos carreras este día: en Ciudad Real y en Toledo.

Por la mañana se celebraba la XXXVIII (casi nada) edición de la Carrera del Pavo en Ciudad Real, organizada por la Federación de Atletismo de Castilla la Mancha y de carácter gratuito. El recorrido está compuesto por 3 vueltas a un circuito de poco más de 2.200 metros en el parque Gasset y aledaños, junto a la sede del organismo, y contaba con pruebas para categorías inferiores. En la de séniors y veteranos, unas 350 personas de todos los niveles: muy populares pero, también, un numeroso grupo de vinculados a la Federación que daban un nivel elevadísimo a la prueba (4 atletas que han sido mundialistas, entre otros).

Enun día excelente para correr, con el sol como acompañante, como siempre, pienso en hacerla a ritmo tranquilo... y luego nada de nada. Así que tras el embotellamiento inicial de la salida pongo un ritmo elevado (para mí, no para el ganador que "trotó" por debajo de 3 min/km) aunque asumible que mantengo hasta el final. A pesar de las vueltas la carrera es amena, tipo cross, meclando asfalto con tierra, subida y bajada, varios giros rompe-ritmos, etc. Consigo entrar en el puesto 42 y con un tiempo de 25'48" (3'48" min/km).

Tras una recuperación rápida con algún estiramiento, me adecento y a recorrer los 120 kms que separan CR de Toledo, donde he quedado para comer. Allí me encuentro con otros amigos que van a correr (los 3 nerviosos y me sorprende lo de uno de ellos, Fco. Javier Torres, tri-atleta de primera línea en los subélites y que por la tarde hará el puesto cuarenta y pocos). Después, un paseo dándonos el solecito, comentando lo que será la carrera y viendo a la gente ingerir compulsivamente vino y/o cerveza. Ya me avisan de que la carrera pasa por aquí y la gente da por concluida la juerga cuando el último corredor pasa.

Tras un breve calentamiento nos acercamos a la línea de salida, bajo la Puerta Bisagra. La San Silvestre Toledana es una prueba que este año celebraba su 30ª edición y cerró con antelación las inscripciones, que este año han llegado 3.500 para todas las categorías. Tiene una distancia asumible de 8,300 kms (poquillo más por mi GPS) y el punto a favor de que en los últimos kms recorre el casco antiguo de esta colosal ciudad: pasas por las puertas que dan acceso a esta, subes y bajas por calles adoquinadas llenas de historia, etc. y este año, despejado y con sol, tienes la suerte de salir con luz natural y recorrer ya ese centro compartiendo luz artificial con zonas de oscuridad.

Pronto doy con el gran problema de esta carrera: no existen ni cajones de salida ni una mínima educación deportiva entre la gente. Así que, aunque nos colocamos 15 minutos antes, por delante hay muchísima gente que acabará haciendo 8 ó 10 minutos más que yo (algún grupo de gente de más de 50 disfrazados de mickeys y dasys, por ejemplo). Tras la salida, el primer km hay que andarse con mucho cuidado para evitar tropezones y toca hacer algún metro de más para coger posiciones. Poco después de este primer km, y aunque siempre vas rodeado de mucha gente, ya se puede correr.

El recorrido comienza al lado de uno de los accesos al casco antiguo (Puerta Bisagra) y de aquí marcha a la zona nueva, alternando alguna bajada pronunciada con llano (sólo la Avenida Europa presenta unos metros de ascensión no dura). Pronto me veo bien de piernas a pesar de la carrera de la mañana y voy adelantando corredores y marcando un ritmo por debajo de 4 minutos el kilómetro; pero regulando pues me han avisado de lo que viene. Pasando la avenida Barber, el asfalto comienza a picar hacia arriba. Aunque en buena parte del recorrido hay animación, aquí se pasa por el lugar que antes mencionaba en el que la gente estaba de vinos: ahora hacen un auténtico y estrecho pasillo humano animando a los corredores a grito pelado. La verdad es que recuerda a esas míticas etapas de montaña del Tour (alguno intenta ser ingenioso y hace alguna patética bufonada, pero bueno); personalmente, veo frenado mi ritmo porque pasamos poco más que en fila india, pero el momento es sorprendente y emotivo.

A partir de aquí (km 4,5 aproximadamente) se sube la Avenida Reconquista que nos llevará al casco antiguo por la parte contraria a la de la salida. Viene uno de los momentos duros de la carrera, pues es más de un km de dura ascensión hasta que se pasa por la Puerta del Cambrón. Ya dentro de la ciudad medieval, prima el adoquín y las subidas, aunque también encontramos alguna bajada bastante pronunciada para volver a subir: Avda. Reyes Católicos, Sto. Tomé, c/ de la Ciudad, Zocodover y bajada final y de gran pendiente hasta pasar Puerta Bisagra y recorrer la última recta hasta meta.
Aunque, lógicamente, alguna cuesta me hace apretar los dientes y bajar la cabeza, las piernas y el cuerpo me responden a la perfección. No parece haber respondido tan bien la empresa que controlaba el tiempo, que no me recoge entre los finalizados. Así que usaré el tiempo que marcó el Garmin: 33'10". 

Se puede decir de las dos del día, pero sobre todo de esta de Toledo por la belleza de su recorrido: habrá que volver a correrla algún otro año. Desde el punto de vista deportivo (y bajo cualquier aspecto) termina este alocado 2011; el siguiente empieza con fuerza: el domingo la Ruta de Carlos III-Ciudad del Sol, con final en Écija y sobre una distancia ya más "cómoda" para mí: 25,600 kms.