lunes, 26 de marzo de 2012

X Cross Alpino Cebrereño

Me habían hablado varias personas muy bien de esta carrera, entre ellas un montañero de pro como Celso, por lo que a pesar de su carácter modesto las expectativas eran altas. Así que le di preferencia en un domingo plagado de carreras más cercanas, debido a la concentración característica antes de Semana Santa. Y para nada me defraudó: la labor que hace el Grupo de Senderismo y Montaña "Los Brajales", organizador de la misma, es fantástico.

La carrera consta de algo menos de 21 kms  y cerca de 1.900 metros de desnivel acumulado, que discurren por las serranías cercanas a esta localidad abulense, famosa por ser el pueblo origen de Adolfo Suárez, franquista que con la muerte del dictador se puso el traje de demócrata y logró la dificilísima labor de liderar la Santa Transición, como diría el gran y ya desaparecido Francisco Umbral (sí, el que mucha gente conoce por aquello de "he venido a hablar de mi libro" y no por su admirable prosa). Todavía recuerdo como Suárez y Gutiérrez Mellado, junto a Carrillo  que permaneció sentado, fueron los únicos que justificaron su sueldo y posición aquel 23F cuando a Tejero se le ocurrió iniciar una visita guiada por el Congreso.

 Con una salida neutralizada desde la plaza del pueblo hasta la salida del mismo, el recorrido es ligeramente ascendente hasta el km 6, volviéndose más empinado de este punto al 8 (se suben 100 mts en 2 kms). Aquí se inicia una bajada que conduce al 10, donde se inicia la primera gran subida, por senda (250 mts en 2 kms). Del 12 al 16 encontramos una gran bajada, con río incluido y terreno estrecho que hace eses, con alguna zona peligrosa. El punto culminante es la última subida, que cuenta con una primera parte de 1 km que alterna senda y pista forestal y aproximadamente otros 1.200 metros entre grandes piedras (lo más técnico y bonito de la carrera. 200 mts en 1 kms), donde personal de protección civil velaba por la seguridad diciendo por dónde debíamos ir avanzando. Tras culminar el llamado Puerto de Arrebatacapas, con vistas impresionantes a toda la comarca en un día despejado como ayer, ya sólo quedaba bajar, aunque con buena parte del terreno formado por piedras sueltas; unos 3,5 kms que te llevaban nuevamente a la plaza de la localidad, completando así el recorrido circular.

La carrera es muy variada y corrible casi en su totalidad si vas bien hacia arriba. Si no, es posible que un buen tramo (5-6 kms) los hagas andando. Para quien baje bien (no es mi caso, por supuesto), en los descensos se puede ganar bastante tiempo.El inicio es por pista forestal y luego se alterna esta, con pasos por sendas entre pinares y, como he mencionado, roca. Muy ameno, en definitiva y no excesivamente técnico aunque no falten las zonas de dificultad, por lo que es una carrera para disfrutar.

Por mi parte, me decido a hacer esto y lo he logrado. Bastante fuerte en las subidas, donde apenas un par de pequeños tramos he tenido que dejar de correr (mis gemelos todavía protestan por ello) y sin forzar en las bajadas, en parte para cuidar algún problemilla en la rodilla y cuádriceps de la pierna derecha y, también, por mi siempre presente miedo a cualquier tipo de caída, que hace que extreme la precaución en los descensos (que vaya "despacio", vamos). Así que termino como en ninguna carrera de montaña, totalmente entero y pensando que podría hacer otro buen número de kms. Y sin las agujetas que normalmente me asaltan tras una carrera de estas características. Finalmente, el tiempo que marco en meta (sin contar 500 mts zona controlada) es de 2h00'57".

La nota negativa: los que nos respetan la montaña y tiran botellas de agua y cualquier cosa fuera de las zonas de avituallamiento y, como siempre, aquellos que cuando terminan una carrera ponen todo el empeño en saquear el avituallamiento final. Para unos y otros (la mayoría serán los mismos) mi más sincero deseo de que no vuelvan a hacer ninguna carrera de este tipo y dediquen este tiempo a intentar, aunque veo difícil que lo consigan, adquirir una mínima educación.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Adiós o Hasta la vista: Catálogo de despedidas inolvidables

Que una persona allegada desde un punto de vista afectivo tenga que tomar un avión, alejarse (si cabe más de lo que ya estaba) y comenzar una nueva vida, ha puesto  enseguida a trabajar mi cerebro, o la pequeña parte del mismo que todavía queda aparentemente sana, para recordar algunas películas memorables que contienen escenas cuyo denominador común es la despedida, la separación. Me vienen bastante más a la mente pero esta es mi actual selección que, posiblemente, variaría si la hiciera la semana que viene. En fin, sólo quiere ser una muestra de lo difícil (y bello en pantalla, en ocasiones) puede ser decir adiós... o hasta la vista.

Comenzamos con una agridulce: la mítica Marlene Dietrich despidiéndose de su rico protector, de una vida cómoda y ¡hasta de sus zapatos! para cruzar el desierto siguiendo al hombre del que se enamora. Por supuesto, que sea un Gary Cooper enrolado en la Legión Extranjera ayuda a la decisión. La película, Morocco (Marruecos. J. Von Sternberg, 1930). Impagable esa escena final donde sólo se oye el sonido ambiente y cómo la Dietrich comienza la marcha.


Entre las separaciones más inolvidables está la de The maltese Falcon (El halcón maltés. John Huston, 1941) don el Sam Spade interpretado por Bogart, a pesar de estar enamorado de Brigid (Mary Asthor) la entrega a la policía por haber asesinado a su socio. La película, pionera en el género del  film noir, estaba basada en la novela homónima del gran Dashiell Hammett. Y contiene aquello de: "Tendrás suerte si te echan cadena perpetua. Eso significa que, si eres una buena chica, saldrás a los 20 años: te estaré esperando. Si te ahorcan... te recordaré siempre". Desgraciadamente, la Warner ha convertido en imposible que pueda subir esas imágenes. Aquí el enlace para verlas.
http://www.youtube.com/watch?v=TVVe7VooaqA

Todos sabemos que la convivencia a veces es difícil. A veces cuesta separarte de la mujer que amas aunque esta tenga unas condiciones "especiales". Después de mil y una vivencias, de estar perdidamente enamorado de Scarlett desde que la vio por primera vez, Rhett decide seguir su propio camino lejos de su mujer. Aunque sabemos que posiblemente vuelvan a juntarse (ya que en palabras del propio Rhett "pese a ti, a mí y a este mundo que se desmorona a nuestro alrededor te quiero: porque somos iguales, dos malas personas, egoistas y astutas"), de momento lo que Scarlett haga francamente, le importa un bledo ("Frankly, my dear, I don't give a damn"). Tremendo final para la legendaria Gone with the wind (Lo que el viento se llevó. Victor Fleming -entre otros-, 1939).


El maestro Billy Wilder ideó un Sherlock Holmes que caía derrotado y enamorado de una espía prusiana que hacía señas con su sombrilla en la magnífica The private life of Sherlock Holmes (La vida privada de Sherlock Homes. B. Wilder, 1970). Una vez descubierta, no tiene más remedio que entregarla a las autoridades. Esto da lugar a una sencilla, sutil y excelente declaración de amor... en clave morse y con la música de Miklós Rózsa de fondo.


La dura Viena de postguerra hace que no haya más remedio que adaptarse. En The third man (El tercer hombre. Carol Reed, 1949), película escrita basándose en su novela por Graham Greene esta es la escena en la que los protagonistas, Anna y Martins, se separan definitivamente tras el segundo entierro del verdadero protagonista, Harry Lime. Espectacular también la cítara de Anton Karas.


Históricamente enclavada unos años antes que esta última, durante la 2ª Guerra Mundial, Au revoir les enfants (Adiós, muchachos. Louis Malle, 1987) nos deja una amarga despedida, esta vez a través de los ojos cargados de inocencia de un niño. Un solo gesto nos hace derrumbarnos ante la gravedad de la pérdida.


En ocasiones, las despedidas son inevitables dada las diferencias de condición entre los implicados. El futuro de la relación es imposible en el caso de Ana y Joe, digamos que por razones profesionales: ella es una princesa centro-europea y él un corresponsal en Roma para un periódico norteamericano en la fabulosa Roman Holyday (Vacaciones en Roma. William Wyler, 1953). Como ni Gregory Peck era un trepa que presentaba telediarios, ni Audrey Hepburn con el tiempo heredaría el trono de un país en el que todo vale, su amor era imposible y se reduciría al recuerdo de un viaje en Vespa y el engaño de la Bocca de la verità.


Otras veces, la decisión de partir o permanecer es tan complicada que siempre se puede tener la sensación de perder. ¿Qué hubiéramos hecho en el caso de ser Francesca (Meryl Streep) en el mejor melodrama de los últimos 30 años? Y, desde luego, no vale contestar irse con Robert y volver a casa cuando hayamos descubierto que no es como creíamos. La escena de la duda en The bridges of Madison County (Los puentes de Madison. C. Eastwood, 1995), con la lluvia y la adorable música de Lennie Niehaus.


¿Cómo te despedirías de una persona que has conocido en un tren el día anterior pero que sospechas que podía ser el amor de tu vida? Los protagonistas de la grandiosa Before Sunrise (Antes del amanecer. Richard Linklater, 1995) se emplazan a volver a verse allí mismo (en Viena) 6 meses después. Años más tarde se hizo la película que completaba el díptico (igualmente genial si no más) y descubrimos lo que ocurrió. Pero es el momento lo que importa.


Y, para terminar, the end of the ends. Rick Blaine abandona a Ilsa Laszlo en Casablanca (Michael Curtiz, 1942). Deja a la única mujer que verdaderamente ha querido porque considera es lo mejor para ella, para su marido y para el devenir de la 2ª Guerra Mundial. Casi nada. Por supuesto, de lágrima obligatoria cada vez que se ve (y recomiendo frecuentemente) esta absoluta obra maestra.



Inspired by the monis

lunes, 19 de marzo de 2012

I Media Maratón de Aranjuez

Ayer asistimos al nacimiento de una nueva carrera,  y esta casi de "obligada" celebración. Con la gran aceptación que presenta la carrera de 10 kms Villa de Aranjuez (ver crónica edición 2011), era normal que acabara celebrándose otra prueba atlética en la localidad. Y así nacía esta I MM de Aranjuez - Ruta por los Sotos Históricos, organizada por la empresa local Servitur Gestiones Turísticas de Aranjuez, S.L., que ignoro la vinculación (que debe haber y estrecha) con el consistorio. Pero desde luego, es un ejemplo de que en estos tiempos pueden seguir naciendo pruebas sin ser extremadamente caras, tampoco baratas, al menos en sus primeros plazos de inscripción (primer plazo 14 €, 13 si lo hacías presencial). Entre inscripciones, organismos públicos (no sé en qué medida) y algún patrocinador privado se puede sacar para adelante. Aquí hay restaurantes y bares que todos los meses ayudarían a celebrar una carrera, sobre todo si el sol acompaña como en el día de ayer. Y, además, también se tiene fondo solidario: Ayuda en acción.

Así que los organizadores, partiendo de la labor precedente de aquellos que llevan a cabo la carrera de diciembre, se han animado a poner en marcha esta MM que está acompañada también por una prueba de 7 kms con la que comparte inicio y recorrido hasta cerca del km 6. Con la carrera de Diciembre comparte logística como guardarropa, duchas, lugar amplísimo de salida y meta, etc. En esta primera edición se contó con 1802 llegados a meta, a los que hay que sumar 277 de la carrera corta. Además, como imagino que su número irá en aumento (si en el aspecto económico no ha sido un caos, que no lo creo), hay que decir que el recorrido podría absorber muchos más participantes: desde un primer momento se podía correr sin grandes pobremas y el recorrido transcurre por lugares amplios. Tampoco me gustaría verla con 5000 corredores, pero ahí no decido nada... excepto no volver a correrla.

Puede convertirse en un clásico. A esto ayuda un recorrido que se sale de lo común por estos lares... y muy llanito, por lo que esto también acabará por atraer a mucha gente (aunque creo que, de momento, no está homologada). Excepto el inicio y el final en casco urbano, toda la carrera discurre rodeada de árboles, cercana a los ríos Tajo y Jarama, por estos lugares planificados por el mismísimo Felipe II y que fueron pieza clave en nombrar a la Villa de Aranjuez como Real Sitio. Nosotros, plebeyos, no hemos podido recorrerlos a lomos de algún pura sangre o subidos en una calesa más de 400 años después de que desapareciera aquel monarca; pero al menos los hemos pateado de la manera que (personalmente) más me gusta.

El fenomenal recorrido incluye algún tramo de pista y, lo peor, alguna zona de asfalto en condiciones bastante precarias, especialmente en los kilómetros que van del 15,5 hasta el 17,5. Pero se puede aguantar. Como he dicho, es muy ameno para la vista y favorable: algún pequeño repecho sin importancia (uno o dos) y el que da acceso a la recta final, que es de unos 40 metros. Quizá el principal enemigo pueda ser el viento, que hoy (y dicen que casi siempre por aquí) suele soplar en contra en la dirección que se recorren los últimos kms, especialmente los de una larga recta que transcurre junto a los Jardines Reales y culmina pasando junto al Palacio Real.

Por mi parte, comienzo bastante fuerte (de manera alocada, diría) ayudado por el aire a favor. Tras varios kms y, también por la acción del mismo que ya había descubierto que no siempre iba a ayudar, decido frenar un poco y reservarme. Esto hace que en los últimos pueda mantener o incluso quitar algún segundo. Finalmente, marco un tiempo neto de 1h24'57" lo que, tras tanto maratón de los últimos meses, está bastante bien. Después, tertulia y refrigerio en una terraza con Alberto, de Runners de Barrio (antes de la carrera saludé a Juan, pero luego marchó rápidamente) y con el gran Santi que hizo una buena marca para ir con carrito (buenísima diría e, incluso excepcional si calibramos su casi patológica alergia al entreno o a esforzarse en los mismos). Su hijo Jorge hizo su primera media maratón subido en el carro y cometió la torpeza de no quejarse en exceso: más le esperan al pobre. Un placer, chicos.

Y reponiendo fuerzas y al solecito... la megafonía preparada para la ocasión nos regaló algún clásico musical de hace muchos, muchos años que puso el colofón a la mañana. Como los Gibson Brothers (y su pegadizo Cuba) o Baltimora.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Cuando éramos jóvenes: Streets of fire

Al igual que la canción de Sabina que afirma "al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver", quizá hubiera libros o películas que jamás debiéramos volver a leer o visionar. Nos llegaron al corazón o a la mente, nos maravillaron, y guardamos un recuerdo de ellas... que puede caer de su pedestal cuando las revisamos. Y, especialmente, ocurre con muchas de las películas que nos marcaron en la juventud. "Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos", que decía Neruda.

Hace unos meses volví a ver Streets of fire (Walter Hill, 1984), película mítica de mi juventud que ahora se ha convertido casi en una cult-movie. Temía que se cumpliera este axioma: el de la decepción. La película, descubierta poco más allá de la mitad de los '80, causó una gran impresión en algunos de los chavales y adolescentes de la época. Su estética cercana al cómic (una de sus grandes bazas), su banda sonora integrada en el argumento, su carácter de western (post)moderno y urbano... convertían al film en ideal para entrar en el imaginario popular de la juventud de la época. Y, desde el punto de vista personal, habría que sumar la fascinación que siempre he tenido por los "héroes" solitarios incapaces de adaptarse a una sociedad que les ignora o, incluso, llega a odiarles.

Aproximadamente 25 años después, la película me la han robado. La película de entonces "ya no es la misma", podríamos decir homenajeando el poema (nº20) de Don Pablo. Creo que ha perdido parte de la frescura que representaba en aquella época, está llena de clichés y su calidad, en líneas generales, no es demasiado elevada. Sin embargo, y quizá sea el subconsciente que se resiste a abandonar al joven que una vez fui, no puedo tampoco decir que sea una mala película. Presenta suficientes alicientes como para pasar el rato y, quizá, para poder acercarse a esa cult-movie a la que hacíamos referencia... si no hubiera representado tanto para nosotros en su día.

La película fue dirigida por Walter Hill, quien en los 70 y principios de los 80 gozó de cierta popularidad con películas que representaron un cierto éxito de crítica o público (incluso ambos) como Hard times (El luchador, 1975), The Warriors (1979), The long Riders (Forajidos de leyenda, 1980) o 48 Hrs (Límite: 48 horas). Después cayó en las redes de producciones de escaso interés. Durante estos años, como productor apareció en Alien (R. Scott, 1979) y volvió a repetir en Aliens (J. Cameron, 1986), esta vez como productor ejecutivo. Además de tener el futuro asegurado con esto, también hay que valorar cómo pudo influir en la película que nos ocupa la estética del cómic pero también de la cinta de Scott.

El argumento de Streets of fire no tiene novedad alguna. Estrella emergente de rock (sigo queriéndote, Diane Lane) es secuestrada por una banda de indeseables y se recurre a un tipo duro y solitario que, además, es un antiguo novio; se enfrentará a ellos para rescatarla con la ayuda de una ex-soldado y la "des-ayuda" del actual mánager y pareja. Es decir, nada que no hayamos visto y mejor contado, sobre todo en las espectaculares Rio Bravo y El Dorado, ambas de H. Hawks. Y a eso le unimos así unos toques de Casablanca (Michael Curtiz, 1942) en el final y en la composición del personaje del protagonista, Tom Cody.

Lo que le da carácter a la película es lo que destacaba antes. Este argumento se lleva a una ciudad sórdida, y se desarrolla entre jóvenes. Por un lado los secuestradores, los moteros terroristas, liderados por el malo-malísimo (y pálido) Raven Shaddock, uno de los primeros papeles de Willem Dafoe y el primero de cierta importancia. Tienen su base en el barrio llamado Battery y, sobre todo, en un antro donde uno puede darse al baile, al juego, a la bebida y al sexo llamado Torchie's.

Frente a él Tom Cody (Michael Paré), el antiguo novio que parece que vuelve sólo por el dinero , pero todos sabemos que no  es así. También presumimos que porque sigue enamorado de Ellen Aim, como todos nosotros. Y es que Lane siempre ha sido guapísima y aquí no llegaba todavía a los 20. El papel del antiguo novio le corresponde al luego famoso (sobre todo en USA) cómico Rick Moranis. Hace de tipo insoportable y los dobladores de la época así lo recalcaron, poniéndole "una voz de pito" que poco tiene que ver con la original; pero como es bajito y poca cosa, pues se les ocurrió. O porque también andaban enamorados de Diane Lane y por eso lo odiaban.

Todo esto se desarrolla en una estética lúgubre, que bebe directamente del cómic (creo recordar que sólo una escena se rueda con sol) y aderezada por una buena BSO, con las canciones más populares por parte de Fire Inc. pero donde también aparece, por ejemplo, el gran Ry Cooder. La película cuenta con algunas destacadas escenas de acción, especialmente el duelo a mazazos entre Paré y Dafoe. Curioso lo de Michael Paré: se esperaba que tras esto fuera una estrella y quedó en nada, siendo relegado a telefilmes o películas de ínfima calidad y casi menor presupuesto. Pero para siempre quedará ese Tom Cody, mezcla de héroe de comic (aunque humano, muy humano) y Rick Blaine.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Historia de dos ciudades

Si hablas, especialmente en nuestro país,  con cualquier persona algo aficionada al running o que sin serlo quiere seguir la conversación (por curiosidad, interés o porque no se tiene nada mejor que hacer), siempre me acaban preguntando si he corrido o voy a correr el Maratón de Nueva York. Y acaban mirándome con cara de sorpresa y/o desconocimiento cuando me oyen decir que a mí lo que me gustaría es correr el Maratón de Boston. Y, por supuesto, sin tour-operador por medio: ganándome mi plaza.

El otro día "enredaba" en internet y encontré una página donde había defensores a ultranza de uno y otro pujando por la supremacía. Para ellos, el resto de majors (Londres, Berlín y Chicago) quedaban un paso por detrás. La lucha se reducía a estas dos carreras y por las opiniones vertidas se vislumbraba que unos defendían "la tradición y elitismo" (Boston) y otros "el populismo y fama" (NY). Creo que sólo en parte es así. Además, puede verse también como un aspecto más de la rivalidad entre estas dos ciudades.

Ambas localidades, Boston y NY, están separadas por menos de 400 kms pero, a la vez, por todo un mundo. Son las dos ciudades más importantes de la Costa Este de Estados Unidos y sus rencillas vienen de muy atrás; posiblemente ya desde los inicios de la Guerra de la Indepencia (1775-1783). Boston (como casi toda la colonia de Massachusetts) fue una de las primeras ciudades que se alzaron contra Inglaterra, mientras que NY permaneció leal al bando realista. Posiblemente desde aquí se fue gestando una rivalidad que se ha extendido a aspectos sociales, culturales o deportivos.

Los newyorkers, aunque auténticos hay pocos, consideran a su ciudad, NYC, como la capital del mundo; y llevan toda la razón. Aunque, paradojas, no es ni la capital del Estado de New York, cuyo honor recae en Albany. Como Nueva Amsterdam, puede considerarse que nació en 1626, fue poco a poco creciendo y ya en el siglo pasado alcanzó su majestuoso estatus: problablemente es el centro financiero, social y cultural del mundo. Y es un lugar que, aunque no se haya visitado (aún), "se conoce". Novelas, películas, series de TV, nos han inmortalizado esta urbe que nunca duerme: de una forma u otra, forma parte de nuestras vidas.

La Beantown, por su parte, también es una de las ciudades más antiguas de lo que hoy llamamos Estados Unidos. Su fundación data de 1630. Para estas fechas, hay que tener como referencia que el buque en el que viajaban los primeros colonos británicos, el Mayflower, llegó a la costa Este en 1620. Boston es la capital oficial del estado de Massachusetts y la oficiosa de lo que se conoce con el nombre de Nueva Inglaterra, la zona geográfica del Noreste que se corresponde con los seis estados donde se asentaron los primeros colonos: Maine, Vermont, Rhode Island, Conneticut, New Hampshire y el propio Massachusetts. Para conocer parte de su idiosincracia habría que tener en cuenta que se mostraron beligerantes con la corona mucho antes del inicio de la guerra, fueron los que más hicieron para abolir la esclavitud, desde allí comenzó a extenderse en el continente la Revolución Industrial, fueron el primer centro cultural importante, etc. es decir, muchos de ellos se consideran los verdaderos padres de todo EEUU. Yo conocía a un minute-man (estudiantes de la Universidad de Massachusetts que toman su nombre de los antiguos voluntarios que se alzaron contra las tropas de la metrópoli) que todavía se refería a los de NYC como "esos asquerosos holandeses"cuando el licor made in Kentucky (no scotch, please) hacía efecto en su organismo.


Podríamos decir que hay diferencias irreconciliables entre dos localidades tan importantes y cercanas,  dentro de lo que es el inmenso territorio que forma el país. Los neoyorkinos no alcanzan a comprender las ínsulas de grandeza que puede tener un bostoniano, más cuando no dejan de verlos como meros provincianos. Ante la sensación de superioridad que emana de cada poro de un verdadero neoyorkino el bostoniano contesta diciendo que los de NYC no son nada hasta que llegan a estudiar a Massachussetts, donde están algunos de los más prestigiosos centros: Harvard, el MIT, las universidades de Boston, Tufts o Suffolk o el Boston College. Para hacer honor a la verdad, Nueva York cuenta con Columbia o Cornell. Y se podrían citar otros motivos de discordia como las vacaciones en Cape Cop o muchos más..

La rivalidad socio-política ha alimentado también la deportiva, dejándose influir a su vez por esta. En Football, en los últimos años se ha alimentado con la disputa de dos ediciones de la Super Bowl entre los NY Giants y los New England Patriots, años 2008 y 2012, y ganadas ambas por "los de Nueva York". En la de 2008, además, evitaban con ello que los Patriots consiguieran la perfect season, la temporada de la perfección con todos los matches ganados, lo que nadie ha conseguido desde que se instaurara la actual temporada de 16 partidos (y que sólo consiguieron los Dolphins de Miami en los 70 cuando era de 14). Pero a pesar de esto, la verdadera rivalidad se da entre los Patriots y el otro equipo de "Nueva York", los Jets. Ambos equipos están encuadrados en la misma división, por lo que se enfrentan todos los años; esta rivalidad  se recrudeció en 2007 con el denominado "spygate": en el partido inaugural el equipo de New England fue cogido grabando las señas (para las jugadas)  de los entrenadores de los Jets, algo totalmente prohibido por la NFL.

Y ahora una curiosidad. Actualmente, tanto Giants como Jets tienen su residencia y estadio en New Jersey, ya que comparten el New Meadowlands Stadium de East Rutherford. Esto convertiría a los Bills de Buffalo en el único equipo de la NFL del estado de New York. Por supuesto, decir esto allí me llevaría a la tumba: ambos equipos se consideran neoyorkinos y los neoyorkinos los consideran "suyos". Por su parte, los Patriots actualmente residen en Foxborough, localidad que se encuentra a unos 40 kms de Boston; esta mudanza llevó a tomar el actual nombre y abandonar el de su fundación: Boston Patriots. Sin embargo, es considerado de Boston pero, sobre todo, el equipo de toda Nueva Inglaterra. Esto dio lugar a unas recientes declaraciones (previas a la Super Bowl de este año), en las que con ironía, el gobernador de NY afirmaba que ya era hora de que los Patriots se buscaran un estado.

De rivalidad, en cierto modo, también puede hablarse en baloncesto y hockey sobre hielo. En el primero de ellos, los Celtics y los Knickerbockers (más conocidos por su forma abreviada, Knicks) no son de los grandes "enemigos" de la NBA. En parte, por la diferencia de palmarés existente entre ellos; pero no deja de haber tensión en sus enfrentamientos. Los de Boston son el equipo más laureado, con 17 anillos de campeón, mientras que los Knicks sólo consiguieron 2 y en la década de los 70. Esos primeros años de la década fueron los de mayor rivalidad, enfrentándose 4 veces en play-offs y repartiéndose el número de victorias. Desde entonces, pocas veces han coincidido ambos en momentos álgidos, especialmente porque los de NY apenas los han tenido. Por otro lado, casi de "pacífica" podría considerarse la relación entre el equipo de hockey hielo de Boston (Bruins) con los de la ciudad de Woody Allen ( Rangers y Islanders); aunque no quita que haya estado salpicada de algún percance, especialmente cuando en un encuentro entre Bruins y Rangers en diciembre de 1979, tras una trifulca multitudinaria entre jugadores, algunos del equipo de Boston acabaron saltando a la grada para pegarse con el público que, a su vez, les había agredido.

Pero esto queda en un juego (incluso amistoso, podría decirse) de niños si lo comparamos con la que es gran rivalidad deportiva entre las dos ciudades y que va más allá del mero aspecto lúdico. Si ya existía gran competencia entre las dos, el Baseball (segundo deporte tras el Football) se ha encargado de convertirlas en enemigas irreconciliables, como rivales acérrimos son  los míticos NY Yankees y los Red Sox. Esta rivalidad despierta pasiones, odios viscerales y está muy presente en el día a día de la sociedad del noreste USA. Y aquí es donde vuelve a aparecer " la maldición del bambino".

Los Boston Red Sox se fundan en 1901 y ganan las series mundiales (vamos a definirlas como "la final" de la liga de Béisbol de Estados Unidos)  de 1903 y 1912. En 1914, año que comienza la I Guerra Mundial en el escenario europeo, fichan a un joven de 19 años llamado George Herman Ruth, al que por su juventud comienzan a llamar Babe Ruth o, también, "el bambino". Con él como emergente estrella (como lanzador y bateador), los de Boston vuelven a hacerse con las series en 1915, 1916 y 1918. En 1920, sin embargo, el propietario de los Red Sox decide vender a Ruth a un equipo que no había ganado todavía ninguna vez el título: los New York Yankees. A partir de aquí, y en estos primeros años con Babe Ruth como estrella, los Yankees comienzan a escribir su laureada y mítica historia que les lleva a ser uno de los equipos más laureados del mundo y el que ha ganado más títulos en el deporte profesional de USA (27 títulos de las series mundiales).

Por su parte, Boston comenzaba una etapa de cuesta abajo. Sí, con el tiempo logró salir a flote pero nunca más ganó el título. Por muy buen equipo que hiciera, nunca culminaba la temporada. Mientras que los Yankees acumulaban títulos, ellos no aparecieron en unas series finales hasta 1946, perdiendo con Sant Louis Cardinals. Esta mala racha sólo podía deberse a causas sobrenaturales, a "la maldición del bambino". Desde entonces, el equipo de Boston consiguió llegar a otras cuatro series finales; las cuatro enunciadas las perdió por idéntico resultado: 4-3. Es decir, forzó el último encuentro y allí fue derrotado. Desde luego, maldición...

... hasta 2004. En ese año, en la serie de Campeonato de la Liga Americana se enfrentaban los dos grandes enemigos. Los Yankees se pusieron 3-0, por lo que todo parecía iba a continuar igual. Sin embargo, no sé si con conjuros de por medio, los bostonianos lograron la hazaña y ganaron cuatro encuentros seguidos para por 4-3 pasar a las Series Finales. Y allí barrieron a los Cardinals (4-0) para hacerse con el título y acabar con la maldición. Fue la apoteosis en Boston, el final de una era y el comienzo de otra. En 2007, los Red Sox volvían a imponerse: esta vez no tenían que esperar 86 años, que fue lo que había durado la maldición.

Viendo todo esto, no debe sorprender que pueda darse un debate subido de tono para defender el maratón de una de estas ciudades sobre el otro. Sin duda, el de NY es el más conocido, especialmente fuera de Estados Unidos. Es de creación "reciente", 1970, y desde esta fecha no ha parado de crecer. Actualmente es el que más gente corre y acaba (cerca de los 45.000); incluso tiene su lado vip y/o de famoseo. Esto lo podemos ver en España, donde algún famosillo (incluso el ínclito Urdangarín) ha publicitado su participación en el mismo; lógicamente desconocen que en Boston "hay una carrerilla" que también cuenta con 42,195 kms. La demanda masiva de una plaza ha llevado a hacer más duro el proceso de selección. Este se hacía. a grandes rasgos, por justificación de marcas (de maratón o media), por lottery, por charity, o por tour-operador que garantiza dorsal y se pone las botas. Claro que los inocentes de USA no caen en que los españoles tiramos de picaresca (en su versión falta de educación básica) y justificamos marcas de mil maneras: dándole el dorsal a alguien más joven que nos puede hacer la marca que solicitan en nuestro grupo de edad, corriendo sólo los últimos metros de una carrera, incluso conozco algún caso de uso de metro para ir de alfombra en alfombra...

El maratón de Boston es el más antiguo del mundo o, si queremos, el más antiguo de los que vienen celebrándose de manera continua (así no nos enemistamos con Atenas y los griegos). Nació en 1897 y se celebra el tercer lunes de abril, coincidiendo (desde 1969) con lo que en Massachusetts llaman el Patriots' Day, en el que se rinde homenaje a quienes lucharon en Concord y Lexington, dos de las primeras batallas de la Guerra de la Independencia. Por supuesto, ese día también hay partido de los Red Sox. El Maratón de Boston, también llamado "el Maratón de América" contó el año pasado con cerca de 24.000 finishers y siempre se ha caracterizado por un toque clásico, purista (que no puritano) y algo elitista. Clásico, hasta el punto de que hasta 1986 y por petición de los corredores no introdujo los premios en metálico para acompañar al trofeo: la corona de olivo para el ganador. Elitista, porque junto a algún que otro tour-operador y la vía de la charity, la única forma de participar es acreditando marca según grupo de edad. Boston es para los maratonianos ya hechos, para los que se lo ganan (y para los españoles tramposos), dicen allí. Ir a Boston te lo tienes que ganar, piensan, no como otros que puedes pagarlos o lo dejas al azar (dardos contra su rival, of course). También se han endurecido las marcas, especialmente para 2013, y sólo cuenta (si no estoy equivocado) marca en maratón y no también en media. Pero paradójicamente, las marcas que piden en NY son más selectas que las que piden en Boston, lo que ocurre es que en este la mayoría de las plazas pasan por conseguirlas.

Esto hace que los puristas y locos del maratón de USA consideren el de Boston como "el maratón". Puede que no sea el mejor, pero sí el de los mejores. ¿Otro aspecto más para la rivalidad entre ciudades? Claro que sí. Hoy ya no hay que elegir tipo The Beatles o The Rolling Stones, se pueden escoger los dos. Correría ambos, pero si tengo que elegir uno, siempre me ha gustado Boston. Seré en nuestro país de los pocos que hiciera esta elección; incluso nunca me ha llamado excesivamente la atención el de NYC (quizá por la mucha tontería que ha generado por estas latitudes). Quizá tenga que ver con mi aspecto clásico que, por ejemplo, hace que siempre haya preferido Wimbledon sobre cualquier otro torneo de tenis, incluso cuando los tenistas españoles afirmaban aquello de que "la hierba es para las vacas" y los seguidores nacionales lo menospreciaban. O que cuando se habla "del gran clásico", mi cabeza siempre piense en (por ejemplo) la Calcuta Cup.

lunes, 5 de marzo de 2012

V Carrera Urbana de Ciudad Real

Una semana después de Espadán, y como esta carrera no la tenía en la colección, junto a unos amiguetes me he ido hasta Ciudad Real para participar en una prueba de 10 kms. La pesadez de piernas remitió el viernes y con una prueba de estas características muscularmente no se sufre en exceso; no está el organismo como para hacer los tiempos que se podrían hacer dentro de 2 semanas, por ejemplo, pero tras una semana de recuperación (con hoy, poco más de 60 kms) puede venir bien ir corriendo a un ritmo ligero.

Además, así completaba el póker de distancias en esta localidad. Aquí, como carrera más significativa, se celebra el Maratón Popular de Castilla la Mancha (único maratón que se celebra en esta CCAA), que en octubre pasado llegaba a la 16ª edición (en celebración con la vecina Miguelturra, todo hay que decirlo) y que esperamos que siga saliendo hacia adelante. En mis comienzos maratonianos lo completé en 3 ocasiones. Además, en octubre pasado los 42,195 kms vinieron acompañados de una media maratón, pudiendo elegirse entre ambas distancias. Para próximas ediciones me apunto esta nueva prueba.

También es el punto de partida (y de los primeros 5 kms) de la MM decana de la comunidad y la tercera en antigüedad de España: la media Ciudad Real-Torralba, que en septiembre pasado culminaba la XXXIV edición. Junto a esta, el día final de año celebran la Carrera del Pavo (http://elhombremirandoalsudeste.blogspot.com/2012/01/de-san-silvestres-y-otras-carreras.html), que todavía cuenta con más ediciones: 38. Es decir, los clubes de la ciudad, Club Maratón Quinto Aliento y Ala 14 (conozco a estos dos e ignoro si hay más), se mueven. No todas las capitales de provincia como esta, con 75.000 personas aproximadamente, pueden presumir de abarcar todas las distancias populares.

La carrera urbana de Ciudad Real es una prueba en progresión, como casi todas, en la cual este año se anunciaban casi 1.350 participantes, aunque registrados en meta aparecen 1254. Esto la puede colocar en el TOP-5 de pruebas de Castilla la Mancha, donde compartiría honores (según datos de 2011):

Media maratón de Almansa:                                 3.883 llegados a meta

San Silvestre Popular Toledana:                           2.604 llegados a meta

Media Maratón de Albacete:                                 2.479 llegados a meta

Carrera Popular Hoz del Huécar (Cuenca):        1.210 llegados a meta

A estas hay que añadir la San Silvestre de Albacete, de 6 kms, que en 2011 sacó a la venta (colaboración con ONG's o similares) 3.000 dorsales y que contó con otras 800 personas o así corriendo sin él. Mucha gente andando más que corriendo, acontecimiento lúdico más que deportivo, que se puede incluir o no en esta relación. Son las que se me ocurren ahora (he mirado resultados, claro está), no creo que haya más populosas pero podría ser.

Como dato curioso, las medias maratones de Albacete y Almansa se celebran con 5 días entre ellas: un domingo y el sábado siguiente de Mayo. Por otra parte, ruego encarecidamente acudir algún año (o acercarse todos o, al menos, esporádicamente) a la excelente carrera conquense.

Sobre la carrera, poco que decir. Salida en las afueras del pabellón y llegada en la pista de atletismo del mismo, tras hacer unos primeros kms por la zona universitaria y después recorrer el centro de la ciudad (CR no es una localidad "especialmente bella"). Alguna mínima subida y bajada, y destacar las rachas de viento que cuando soplaban en contra se hacían notar. La salida se produce en calle ancha y sólo hay cierto embotellamiento en los primeros giros, provocados como casi siempre por el afán de los corredores de colocarnos mucho más delante de lo que se corresponde con los tiempos que hacemos. Poco después (al menos desde mi situación) se puede correr bien, así que intentamos ser regulares y marcar los kms por debajo de 4' con la esperanza de que el cuerpo aguante. Como casi siempre, me paso la carrera adelantando a gente que ha salido más fuerte de lo que debería y siendo prácticamente el único que hace los giros como se corresponde y no se sube por las aceras para acortar.

Aunque las piernas no se quejan en exceso de las más de 5 horas del domingo pasado, tampoco están (lógicamente) tan fluidas como otras veces, así que decido mantener un ritmo vivo pero asumible. Como dato curioso, delante de mí va un grupito en el que debe correr el padre de un joven que le acompaña con patines; un miembro de Protección Civil, al verlo, toca el silbato, se acerca a él y le conmina a apartarse. Aplaudo: es un peligro. Igual que bicicletas, etc. recuerdo la molestia de, por ejemplo, el maratón de Castellón. Cosas como esta deberían darse más a menudo. Con una par de cosas como esta, pronto A estas alturas, una carrera de 10 kms te hace esforzarte por el ritmo que te impones, pero cuando te das cuenta ya se ha acabado. Así que entro en la pista de atletismo y marco, según mi cronómetro, 38'53". Recuperación inmediata, ducha y a la hora de comer en casa. Habría que hacer más carreras de distancias cortas...