lunes, 13 de febrero de 2012

De efemérides: Media Maratón de Fuencarral

Ayer se celebró la XXVIII edición de la Media Maratón del Distrito de Fuencarral-El Pardo, coloquialmente la Media de Fuencarral. Entrañable, mítica, esta media maratón ha pasado por diversos problemas, pero al final sigue saliendo hacia adelante. Yo la conocí organizada casi en exclusiva por la impagable Asociación de Vecinos Nuestra Señora de Valverde; en la actualidad, la asociación sigue colaborando, pero está organizada por el Distrito de Fuencarral y una empresa de gestión de eventos, con la colaboración técnica de MAPOMA.  Es posible que gracias a esto se siga celebrando, aunque siempre la asociaré a esos vecinos del barrio que, guiados por la ilusión, ponían todo de su parte para que año tras año se pudiera hacer esta carrera.

Incluso, creo que ese espíritu de "carrera de barrio" no se ha perdido totalmente. La participación es elevada pero no masiva como en otras, ayer 1.866 llegados a meta; el precio, excelente para los tiempos que corren y servicios que se ofrecen (10 €); quizá por la crisis no hay premios en metálico, sí trofeos (eso limita la presencia de los más rápidos), lo que ayuda a esa imagen;  y tiene el valor añadido de recibir la bolsa del corredor y una camiseta (algo a tener en cuenta: poco después de pasar la meta y en puestos divididos por talla para colocarse en la que corresponda) de manos de señores y señoras de avanzada edad, quise deducir que de la Asociación que ha venido organizando/participando (en) la carrera desde sus orígenes. Y lo hacen con una sonrisa de satisfacción porque un año más han visto culminado el sueño de ver su ilusión hecha realidad. Creo que se guardó un minuto de silencio por la muerte de la que era presidenta, D.E.P.

Lo malo de esta carrera, por citar algo, es que se ha sumado a la moda de recoger dorsales el día anterior, aunque conocer gente (gracias, Juanlu) que la iba a correr y que vivieran en Madrid hizo que esto no fuera problema. Y está el asunto de que es una carrera propicia para hacerla sin dorsal, y ayer había mucha, pero que mucha gente así. Ya hablaremos en otro momento del "corredor gorrón", figura que me irrita hasta límites insospechados.

Pero por encima de todas las cosas, la Media de Fuencarral es conocida por su recorrido: bello y duro. La carrera se inicia en pleno centro del distrito de Fuencarral-El Pardo, ahora en la pista de atletismo IDM Santa Ana, y tras un inicio en subida, baja por toda la avenida del Cardenal Herrera Oria (con algún llano y alguna pequeña subida). El tramo llano transcurre desde el km 7 hasta el 10, ya habiendo tomado la Carretera El Pardo-Fuencarral y a partir de ese km 10 comienza la ascensión. Primero, suave y, a partir del 12 que se llega a un cuartel, se gira y comienzan las rampas duras. Existe algún tramo de descanso, pero esta subida es realmente exigente. Pasado el 15 y hasta algo más del 17 vuelve el descenso y desde aquí hasta el final (Avda. Monasterio de Silos), cuando se entra en Madrid propiamente dicho, se vuelve a subir hasta llegar al punto inicial y concluir en la pista de atletismo. Para quien haga carreras preferiblemente "urbanitas" y/o poligoneras, esta media le permite cambiar de escenario y correr "al aire libre": en todo el terreno fuera de la ciudad se corre rodeado del Monte de El Pardo.

En febrero de 2003 corrí por primera vez esta carrera: fue mi primera media maratón y mi primera prueba "reglamentaria"; recuerdo que no usé zapatillas específicas de running. 9 años y haciendo la nº 59 de la distancia (entre asfalto y montaña) después, he vuelto a participar en ella. Aunque no voy a reflejarlo aquí, mucho me ha hecho pensar en lo sucedido en este tiempo.


Pero la carrera también ha sido significativa por algo más. Este mismo domingo del año pasado (el día 13, que este año cae en Lunes), salía de la casa que habitaba en Manresa para participar en la Mitja Marató de Gavà-Castedefells-Gavà, una de las más importantes del calendario catalán. El resto ya es historia intrapersonal: hago la carrera y caigo poco más de 10 metros antes de llegar a meta. La cercanía hace que los servicios médicos actúen con eficiencia y rapidez (eternamente agradecido) y logren reanimarme a la segunda intentona, pues la primera recaí. Una muerte súbita. Al hospital más cercano y, al día siguiente, ya estabilizado a Barcelona, al popularmente conocido como Sant Pau (Hospital de la SantaCreu i Sant Pau).

Aquí se me realizan unas pruebas y el TAC DMD desvela que tengo una anomalía congénita en la coronaria derecha. "Te hubiera pasado tarde o temprano", me dijo un médico. Entre operación (opción 1) y tratamiento y rezos para que no vuelva a ocurrir (opción 2), doy el sí para que me operen a corazón abierto el 22 de ese mes. Todo va bien y tras un período prudencial, salgo el 3 de Marzo. Por supuesto, los médicos de la sala y el cirujano me han dicho que nunca más volveré a ponerme un dorsal. 10 días después, una infección de orina y los efectos de la anemia me llevan a otro hospital, con el termómetro superando holgadamente los 40 grados de fiebre y la vida (ahora soy consciente) nuevamente en peligro. 10 días después de este segundo ingreso, recibía el alta y comenzaba a andar; un poco más tarde, y muerto de envidia al ver a la gente, me aventuraba a mover las piernas unos minutos como si fuera correr, y vigilando si las pulsaciones subían en exceso.

 Poco a poco fui mejorando y recordando, de forma rápida, el fondo acumulado. El 3 de mayo, asistía a la consulta del Dr. Serra-Grimau, institución de las pruebas de esfuerzo (entre sus clientes los jugadores del Barça y numerosos atletas de élite) y antiguo maratoniano de 2h40' para hacerme una de estas pruebas. Ya me había entrevistado con él anteriormente y me había tranquilizado. Tras ver cómo me desenvolvía en el tapiz, me dijo que veía todo normal, pero que el martes siguiente me daría el resultado definitivo. No le dije que, aprovechando un viaje a mi localidad, iba a disputar cerca de esta un 10 kms ese mismo sábado. Lo hice en 48' y a partir de allí todo fue sobre ruedas para la recuperación. Desde entonces he corrido ya numerosas carreras, entre ellas 4 maratones. Ni yo lo imaginaba en sueños allí en el hospital; y menos que los tiempos llegaran a ser mejores.

En estas y otras cosas similares fui pensando en la carrera de ayer. Le tenía ganas, por eso ni pensé en el clásico "para matarnos" cuando a las 5:30 me levanté y poco después me metí en el coche, que marcaba -7,5ºC. También pensé en los tiranos de uno y otro tipo que han usado en beneficio (generalmente cinegético) propio esos inmensos terrenos y en la majestuosa belleza de los mismos, pero menos. Así que la carrera se hizo corta, aunque aquí tiene mucho que ver el hecho de no ir ni mucho menos a tope y de haber hecho recientemente un par de maratones. Como por las colas que había para dejar la bolsa no calenté, llegando a la salida tan sólo 10 segundos antes del pistoletazo de salida, los primeros kms me los tomé con tranquilidad; sobre el km 5 los pies ya se me habían descongelado, por lo que empecé a estar cómodo, y se me olvidaron ciertos dolores físicos debidos a la acumulación de kilómetros (por supuesto, hoy han reaparecido y en mayor magnitud).


No haber ido fuerte al principio me permite subir bastante bien las cuestas. Estaría bien quedarse en las mismas 15 días antes de un maratón de montaña... así que llego a la bajada bastante entero, recupero y afronto con buen ritmo los 3 últimos kms en subida. Al igual que el año anterior en Gavà, la carrera termina en una pista de atletismo. De allí, no recuerdo nada del km 17 en el que me pasó el globo de la 1h30' (ya no iba bien) hasta la primera desfribilación; esta vez soy perfectamente consciente de todo y cuando hago los últimos 100 metros sobre el tartán miles de imágenes me vienen a la cabeza. Entre ellas, se mezclan todos los conocidos y amigos que en los momentos malos me enviaron (por cualquier medio) alguna palabra de ánimo. También eternamente agradecido. 1h28'54" necesarios y exultantemente reflexivos.

2 comentarios:

  1. Toda una experiencia, que lógicamente no se le desea a nadie, pero tras todo el problema has podido volver a correr, y a excelentes ritmos, los habrá que en tu caso no hayan podido volver a hacerlo.
    Por lo que respecta a esta carrera, enhorabuena por ese tiempo y por haber pasado esa pequeña meta psicológica. Nos vemos en Espadán.
    Salu2

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  2. Encantado de tenerte de nuevo entre los mortales, Titán.

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