miércoles, 18 de abril de 2012

Rumbo al maratón de Madrid: Gabriela Andersen

Posiblemente no sea así, pero me gusta decir que la primera vez que supe que quería correr un maratón fue el 5 de agosto de 1984. Para la gente de mi edad y los de alguna superior, esas imágenes llegaron a lo más profundo del corazón y se incrustaron en la mente. Para siempre. Esa fecha se celebraba la prueba del maratón femenino en los Juegos Olímpicos de Los Angeles '84. Pocos se acuerdan de la épica victoria de la por entonces plusmarquista mundial, la estadounidense Joan Benoit, recorriendo toda la prueba en solitario; serán mucho menor el número de aquellos que recuerdan que la medalla de plata fue conseguida por la noruega Grete Weitz (9 veces ganadora en New York entre 1978 y 1988) o que el bronce fue a parar a otra leyenda, la portuguesa Rosa Mota que en Seúl ocuparía el cajón más alto.

Sin embargo, todos o casi todos se acuerdan de ELLA. Aunque no sepan su nombre, ni su nacionalidad, ni la fecha exacta de las imágenes, ni la carrera en concreto a la que pertenecen. Todos, o casi todos, recuerdan a aquella atleta que encaraba la recta de meta tambaleándose, deshidratada, con una pierna rígida, de una calle a otra como si estuviera ebria, a punto de caer pero sin hacerlo, seguida por los jueces y que al final logra acabar tras casi 6 minutos de agonía la vuelta al estadio... todos, o casi todos, recuerdan a GABRIELA ANDERSEN-SCHEISS.

                                                       En griego, pero con sonido ambiente
Aparte del impacto causado, de lo escalofriantes en sí que son estos minutos... diferentes circunstancias han contribuido a hacer de esta imagen una de las más populares y recordadas del deporte mundial.


EPICA DEL MARATÓN

Una prueba de larga distancia se presta a estar asociada a la épica, adquirida especialmente en años en los que no existían avances en tecnología y medicina deportiva, entrenamientos, dietas y mil aspectos más. Esto,  junto a la importancia mediática que la maratón ha tenido como prueba reina, ha ayudado a desarrollar su "lado épico". Es el cuerpo humano contra sí mismo, contra sus posibilidades. Hoy puede resultar "más fácil" correr una maratón; hay quien se la toma a la ligera, quien se la toma demasiado en serio sin vivir de ello... pero sigue estando asociado a esa épica y Andersen fue un buen reflejo de ello. Pero ha habido y habrá muchos casos más.

Sin ir más lejos, el propio "inspirador" de la carrera, Filípides (cuya existencia ni gesta está probada, ni mucho menos), moría tras completar la distancia. En las Olimpiadas de 1908, en Londres, aparece uno de los grandes héroes de la distancia. El italiano Dorando Pietri había logrado remontar posiciones y se planta en línea recta en el estadio. Allí cae y equivoca la orientación, víctima del agotamiento extremo. Es ayudado por jueces y médicos y logra acabar y en primera posición; sin embargo, será descalificado por esta ayuda extra. Pietri se ganó el cariño y la admiración de todos .
                                                                                                        
Un movimiento  popular encabezado por el escritor Sir Arthur Conan Doyle (el padre de Sherlock Holmes) consigue que sea invitado al palco real para hacerle entrega de una copa de oro premiando su esfuerzo y valor. A Pietri se le debe la creciente espectación por esta prueba que, curiosamente, aquí oficializa esta distancia, ya que desde Atenas 1886 había variado su distancia en los Juegos y en otras maratones que fuera de la cita olímpica habían ido naciendo, entre ellas la mítica de Boston. Hay varias teorías, pero parece que la más aceptada es que con lluvia en la salida, el príncipe de Gales, Jorge V, retrasa el lugar de salida hasta el Palacio Real para que la reina Alejandra no se mojara, los que llevaría los 40 kms iniciales a los 42,195 actuales (en Estocolmo, prueba de la que se conmemoran 100 años este verano, volverá ser menor, pero esta es la que acabará siendo oficial).

En el maratón olímpico de 1912 (Estocolmo), la maratón se cobraba su primera víctima documentada, el portugúes Francisco Lázaro. Moría por deshidratación, fundamentalmente provocada por el añadido de untarse con grasa el cuerpo en un día caluroso. Zatopek, en Helsinki 1952, había ganado el oro en pista en 5.000 y 10.000 metros y también corría el maratón (su debú en la distancia); se cuenta que a la altura del 30 preguntó con buena fe a sus compañeros de carrera "yo no entiendo mucho de maratón pero, ¿no estamos corriendo demasiado despacio?". Lógicamente, acabó marchándose y ganando en solitario. Otra imagen clásica (el maratón está íntimamente asociado a los Juegos Olímpicos) es la de Abebe Bikila ganando en Roma corriendo descalzo. Era la primera medalla para un atleta africano en la historia. 4 años después, en Tokyo, volvería a ganar batiendo el récord mundial. Quizá sean los más significativos, pero ni mucho menos son los únicos ejemplos (Gailly, Lopes, etc.)


EL MARATON Y LA MUJER

Pierre de Coubertain, el padre de los JJOO modernos, creía que la participación de la mujer en las pruebas disciplinas debía reducirse a colgar la medalla del cuello del ganador masculino. Aun así, a partir de 1.900 (París) hay alguna prueba de género femenino. En Amsterdam 1928 se incluye como nuevo deporte el atletismo femenino, con pruebas de velocidad, salto de longitud y el 800 como prueba de medio fondo. Varias fueron las mujeres que llegaron exhaustas en esta carrera, derrumbándose tras llegar a meta (la mayoría procedían de pruebas más cortas y también hubo hombres que en su competición llegaron en las mismas condiciones, pero sabemos el machismo de la sociedad), lo que llevó a un movimiento de protesta que acabó con sacar del programa olímpico las pruebas femeninas de más de 200 mts.  No regresarían hasta Roma '60, con una excepción: el maratón siguió fuera del programa olímpico para las mujeres.

Como en la mayoría de los aspectos de la vida, la mujer también ha encontrado graves obstáculos en el mundo del maratón. Hay constancia de que ya en 1896 una atleta griega completó la distancia en el circuito del maratón original, aunque por su cuenta. Ya en nuestro siglo, diferentes documentos muestran que de vez en cuando alguna fémina lograba participar y terminar una maratón (por ejemplo, Marie Ledreu en 1918). En 1965, Roberta Gibb lograba correr el Maratón de Boston "a escondidas" y sin dorsal. Un año después, Kathriner Switzer se incribía en este prestigioso maratón con sus iniciales (K.V.) junto al apellido; no había que especificar sexo. Dentro de los primeros kms sería asaltada por el co-director de carrera al ya famoso grito de "Get out of my race", aunque pudo continuar la marcha por el apoyo de otros corredores. Por cierto, Gibb había vuelto a correr de manera clandestina.
                                                    El famoso "Get out of my race!"
Tras varios años de turbulencias, en las que cada vez hay más protestas, los dorsales llegan a tener la lenyenda de "para hombres sólamente" y varias mujeres se presentan en línea de salida sin dorsal (algo meritorio, diferente a los gorrones caraduras que cada domingo pueblan las carreras en nuestro país)finalmente, en 1972, se oficializa la carrera femenina en Boston. A estas alturas, la presencia de la mujer en el maratón va en aumento y en 1979, la Federación Internacional sanciona el primer maratón femenino: el de Tokyo. La cita olímpica de Los Ángeles '84 era la primera en la que se celebraba el maratón femenino.


EL PODER DE LA TELEVISIÓN

Ahora que se acerca Agosto y los JJOO de Londres, vendrán los programas hagiográficos sobre el movimiento olímpico. No es oro todo lo que reluce (aunque sí sea oro lo que ganan los dirigentes de estos comités): ya he puesto de manifiesto el machismo del intachable Coubertain, por ejemplo. Tampoco suele contarse que LA había pujado por hacerse con la celebración de la cita olímpica en 1980, aunque habían ido a parar a Moscú. Tras acabar Montreal '76 se anuncia que estos juegos han dado pérdidas económicas. Nadie se postula para organizar los de 1984. ¿Qué hacer en estos casos? Como siempre, recurrir a USA. Se habla/convence y Los Ángeles es el único candidato que se presenta a la elección.

Los Ángeles '84 se convertirán, desde mi posiblemente equivocado punto de vista, en los JJOO más importantes desde los primeros en Atenas. Por un lado, se convierten en un negocio. La Administración prácticamente no pone dinero (que sí, Gallardón, que sí), se usan instalaciones existentes en vez de crear todo nuevo (menos corrupción, por otra parte), se deja paso a la participación privada... pero, sobre todo, son las olimpiadas donde la TV da un paso adelante en casi todo el mundo, lo que hará que definitivamente sea un acontecimiento cercano a todos y adquieran la relevancia que poseen en la actualidad. Por supuesto, esto a su vez traerá consigo un espectacular aumento de los ingresos por derechos de retransmisión, algo que en la actualidad ha llegado a ser la principal fuente de ingresos del proyecto olímpico. Y sólo con un efecto secundario: todavía veo al águila Sam por todos los lados.

Bromas aparte, todo esto hizo que este acontecimiento deportivo alcanzara una nueva dimensión, sobreponiéndose al boicot de la URSS y buena parte de los países de su círculo como respuesta al que USA había practicado en 1980 como protesta por la invasión de Afganistán. A mí Moscú me pilló demasiado joven y tengo un vago recuerdo (el osito Misha), pero la gente un poco mayor tampoco la disfrutó en profundidad. Motivo: TVE hizo una cobertura pobre, con aproximadamente 2 horas diarias de directo y algún programa resumen. Pero en 1984 se pudieron seguir casi íntegramente, con algún familiar despertándonos para ver a las 4 de la mañana los partidos de baloncesto o un primo que lloraba como nunca le he visto porque Abascal había ganado el bronce en los 1.500 metros.


Dado el calor que hacía en California en esa fecha, la maratón femenina comenzó a las 8 de la mañana, por lo que las imágenes de Gabriela llegarían a nuestras pantallas sobre las 19:40 hora española (si no me equivoco), por la 1 como decíamos antigüamente. Todo el que estuviera en casa en una calurosa tarde de verano de los 80 estaría ante el televisor.

La suma de estos factores es lo que confirió la inmortalidad a esta escena: el sufrimiento heróico de la atleta, el levantamiento del "veto" a los 42,195 kms en los JJOO y el hecho de que llegara a una audiencia masiva. Por supuesto, las críticas no tardaron en llegar: hubo quien levantó la voz contra el maratón femenino. Sin embargo, ayudó que la suiza de 39 años tuviera una recuperación rápida, pues dos horas después recibía el alta y comenzaba a alimentarse, a las 10 horas atendió a los medios y a las dos semanas volvió a competir en un duatlón (32 kms corriendo y 26 a caballo)
  
Como anécdota histórica, se cambió la normativa y apareción la regla Scheiss, por la que los médicos podían atender en carrera a los atletas sin que estos fueran descalificados por ello, como hasta la fecha. Sin embargo, personalmente creo que no debió dejarse completar la vuelta en ese estado, las consecuencias podían haber sido fatales. En los reglamentos de cualquier carrera siempre hay un punto que recoge que una de las razones de poder ser expulsado de la misma es si tu condición física se reduce sobremanera. ¿Cuál es el límite? Recuerdo que cuando corrí el Maratón de Estocolmo, el día fue terriblemente caluroso, 30 grados marcaban los termómetros en la salida, lo que unido a la hora (3 de la tarde) hizo de la carrera un infierno. A partir del km 34-35, 3 personas con peto se distribuían cada 300 metros o así, mirando fijamente para ver si tenían que retirar a alguien. Claro, te acercabas a ellos y ponías cara de ir paseando. Impresionante la organización de este maratón...

Posiblemente no sea así, pero si alguna vez me preguntan o en alguna conversación se presenta el tema, ya sabéis a qué me refiero si comento que la primera vez que supe que quería correr un maratón fue el 5 de agosto de 1984.

6 comentarios:

  1. Extraordinario post, de lujo sobre el maratón, y en mi caso la gran mayoría de las cosas las desconocía.
    Salu2 y gracias. Y suerte este domingo.

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  2. Más de estos posts en los blogs y menos de entrenos y marquitismo. Viva la cultura. Enhorabuena

    Un abrazo

    Santi

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  3. Sí señor. Absolutamente de acuerdo con el señor de las cervezas grandes y con el de la barba.
    Tal vez nos veamos el domingo. Si nada se tuerce acompañaré a Almudena en los últimos 10K (espero que eso no me condene a la categoría de gorrón)

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  4. Sublime... y sólo llevo 40 líneas.
    Gracias Carlos
    :-)
    Alberto 'RunnerChef'

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  5. Te he leído desde el móvil pero no podía dejarte comentario, así que aquí vuelvo.

    Eres una enciclopedia escribiente!!!. Genial post, Carlos.

    No sabía yo que en mi año de nacimiento hicieran oficial el maratón para las féminas, ya ves tu, tantos años que parece que sean para mi y en cambio tan poquitos de ese acontecimiento.

    Besitos y que vaya muy bien el Mapoma.

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