lunes, 16 de septiembre de 2013

I Maratón Benéfica en pista

Como casi siempre, una serie de coincidencias se dieron para que acabara haciendo esta fabulosa carrera. A principios de año, por eso de cambiar, me había interesado por hacer la maratón en pista de Ceutí, aunque luego descarté la idea sustituyéndola por otra prueba. Cuando corrí, en julio, la Maratón Misteriosa organizada por el gran Javi Sanz, el sábado Idoia me informó de que un amigo suyo (y a semejanza de una ocurrencia ya materializada por ella misma) tenía pensado realizar organizar una. Al día siguiente, Antonio Huerta, al recordar que yo era de la provincia de Ciudad Real, me lo volvió a mentar. Aunque tenía casi decidido correr el 15 de septiembre una maratón de montaña, me gustó la idea.
 
Joaquín Lozano, de la localidad de Membrilla, para celebrar su cumpleaños maratoniano de 42 años y 195 días (aunque hay quien afirma que debería ser la parte proporcional del año) correría las 105 vueltas más 195 metros en la pista de su localidad. Yo, a Joaquín, lo conocía de vista únicamente, aunque me gustó la propuesta. Además, quería ceder todo el dinero recaudado (5 euros de inscripción) a la Asociación Española Contra el Cáncer. Y esto acabó de decidirme. Tengo una amiga que lleva meses luchando contra la maldita enfermedad y, enseguida, se me iluminó la bombilla de mis escasas luces.
 
Lo correría en su honor, además de hacerlo en el de el magnífico corredor popular al que estaba dedicado, Leo Condés, fallecido a causa de la misma. Por lo tanto, haría mi propio homenaje dentro de otros dos (a Condés y al propio Joaquín en su cumpleaños). Sería una muestra de solidaridad y apoyo a ELY, esa mujer que quizá cometió el error de tener sentimientos a la vez que se movía en unos círculos donde sólo tiene sentido el dinero; de que le gustara la poesía en un entorno deshumanizado. Después de diversos problemas, o a causa de ellos, la penúltima parada de su lucha por ser ella misma es también una lucha contra el cáncer.
 
Así que le propuse que yo terminaba esta carrera a cambio de que ella luchara por ponerse bien. Sí, una tontería de chiquillo, quizás; pero volcando toda mi ilusión y esperanza. Por supuesto, de lo que tenía previsto realizar como homenaje (intentar hablar con ella en la última vuelta, por ejemplo y alguna cosa más) nada llevé a cabo por razones que no vienen a cuento.Si las cosas salieran como las pienso, no sería yo. Pero siempre recordaré ese momento sobre el km 30 en el que el incansable speaker comentó que, por la razón que yo corría, estaba seguro de que llegaría bien a meta. No pude evitar emocionarme.
 
Quizá por enfrentarme a un maratón diferente, lo cierto es que volví a notar una inquietud que no recordaba antes de alguna carrera. Quizá desde el regreso tras mi "pequeño" accidente, suceso que no quise meter en el currículo que pasé a la organización para no preocuparlos en exceso. Además, un resfriado me asaltaba los días previos, leve pero molesto, que también contribuyó a no tenerlas todas conmigo. El sábado por la tarde salíamos para Membrilla, Ray y yo. En principio, mi fiel compañero de carreras iba a hacer una distancia sobre la media maratón. Y es que Joaquín lo había dispuesto de tal forma que todo aquel que quisiera pasar un buen rato (y colaborar con la causa)corriera o anduviera la distancia que quisiera.
 
Así que Ray, como entrenamiento de calidad, iba a acompañarme aproximadamente la segunda parte de la prueba, donde tenía fijado bajar algún minuto de 1.45, para así aproximarme a un tiempo total de 3.30 o algo menos. Ya lo he dicho: si las cosas salieran como las pienso, no sería yo. Al llegar allí, fuimos saludando al resto de corredores. En un principio, 9 más el organizador. Se sumaba la familia de Leo Condés, que por relevos haría la prueba y llevaría el número 1 (gran detalle de Joaquín, por cierto). Entre los participantes, varios ineludibles como Idoia, Javi Sanz, Javi Martín o Antonio Huerta, con los que había coincidido en Segovia (en La Misteriosa). Además, la participación de lujo, aunque con lesión, de Eva Esnaola, hermana de Idoia y ultra-atleta de elite. Y el sorpresón... Santos Llamosas.
 
 
Santos acababa de recibir el beneplácito del médico para volver a correr un maratón tras dos años de lesiones que han incluido una prótesis en la cadera. Es una de las referencias (o "la" referencia), con más de 250 maratones corridos a sus 54 años. Capaz de hacerse un 2h45' en 10, 12 o más semanas seguidas, además de contar hace algún tiempo con marcas excelsas. Sólo dos corredores que no conocía (Emilio, de Madrid, y un genial y altísimo cordobés)y nos acompañaría un conocido de Joaquín, muy veterano, que trotaría de vez en cuando y andaría el resto del tiempo pero que tomaría la salida con nosotros y concluiría junto al último corredor. Al final también recorrió algo más de 30 kilómetros.
 
Entre charla y charla inicial, el bueno de Ray me negó dos veces... pero no tres cuando le pregunté si no quería hacer el recorrido completo, ya que estaba allí; además, un mes antes se lo había planteado y yo sabía que los días siguientes le daría vueltas a la cabeza. Otro para la causa. Y lo mismo le ocurrió a Javier Ayuso, que con la Madrid-Segovia prevista para el fin de semana siguiente, pensó en la locura de hacerlo entero por el ambiente (finalmente fue juicioso e hizo unos 20 kms). Los organizadores (Manuel Jiménez también debe contarse aquí, el speaker) nos explicaron brevemente cómo se harían las cosas. Habría una salida controlada, tendríamos cada uno nuestro avituallamiento privado (mil gracias al encargado del mismo), la forma de contar las vueltas, etc. 
 
 
El resto de participantes se incorporaría media hora después, teniendo la posibilidad de correr al principio, descansar e incorporarse luego al final para acompañarnos en los kilómetros más difíciles. Es decir, no había reglas. Bueno, nosotros teníamos una: media vuelta al principio y luego otras 105 más, en una pista de asfalto durísimo en la que por suerte hay una especie de alfombra de césped que al final fue la salvación para todos, pues los gemelos notaban el duro firme. A las 20.00 se daba la salida y las primeras 13 vueltas fueron de presentación. Cada vuelta estaba dedicada a un corredor, que se adelantaba unos metros y era presentado al público a través de la lectura de parte de su currículo atlético (para varios se hubiera necesitado un 5.000 más que una vuelta). A un ritmo de calentamiento, a más de 5'km, entre charla y charla, se nos pasó volando la primera media hora.
 
Tras esto, un amplio grupo fuimos incrementando el ritmo, todavía en plena conversación, a la vez que la pista se llenaba de gente que cubriría la distancia que le apeteciese. La verdad es que por esto último y por alguna otra cosa, no se me hizo demasiado pesado este maratón. Ver a padres con niños de 5 años dando alguna vueltecita, a amigos jóvenes y mayores, a otra gente andando, animándose unos a otros... los kilómetros pasaban rápido. Y, también, porque el ritmo se había ido animando y pronto pasamos a 4.30'km (sobre el 10-12) para acto seguido todavía bajar más. A esas alturas, la verdad, es que yo ya había pensado que por solidaridad con la persona a la que dedicaba esto, no podía "darme un paseo de 42,195 kms": iba a exigirme, no del todo pero quizá más de lo necesario en un evento como este. Quería "sufrir" un poco.
 
 
Así que cada uno fue cogiendo su ritmo y en cabeza nos quedamos 4 corredores, ya rodando en ritmos entre 4'10 y 4'15 km/h (el equivalente a tiempos que te permiten bajar de 3 horas en el maratón). Cuando Javier Ayuso decidió poner un poco de cabeza a su septiembre atlético y descolgarse un poco (suerte para la Madrid-Segovia), un destacado corredor veterano local que había entrado a hacer unos kilómetros y el sobresaliente Santos Llamosas, nos quedamos delante. Había momentos que en pista se podían contabilizar más de 50 personas. Al tener que pasarlos, dábamos algún pequeño acelerón, así que alguna vez miré el ritmo y hubo algún kilómetro por debajo de los 4', aunque siempre intentaba controlarlos. Si pinchas en un maratón como este, no puedes esconderte.
 
A las 2 horas de carrera y tras acompañarnos durante hora y media, el corredor local (también llamado Joaquín)se despedía de nosotros. Santos, que cuando le preguntaba decía que la cadera iba bien: poco después me dijo que siguiera, que él bajaría un poco el ritmo. Le dije que era un honor haber compartido tantos kilómetros con él y así lo sigo sintiendo. A partir de aquí, y ya con la pista muy despejada de acompañantes, "me quedaba solo". Escuchaba a la gente animar, te dices algo con los compañeros a los que pasas, Manuel ameniza el recorrido a través del micrófono, hago bromas con el chico que está encargado de ir accionando las cartulinas de las vueltas (que empezó a las 105 y que a estas alturas ya está por la 38 y bajando) y con el hombre del avituallamiento... pero solo.
 
Sobre el km 34 ya sé que no va a haber muro ni nada parecido. He estabilizado el ritmo y sé que el tiempo va a ser bueno, y si contamos esos 45' "de relax" iniciales, yo diría que hasta muy bueno para mis posibilidades y las características de la prueba. Los últimos kms se hacen pesados pero no más que en otra maratón en la que marchas fuerte. Al ver el 10 en las vueltas, sonrío; y cuando me quedan 6 y Manuel dice que una serie, lo vuelvo a hacer. La última vuelta, al catálogo de grandes recuerdos. Todavía con ritmo fuerte, animado por los de dentro y fuera, me acuerdo de ELY y mascullo algo parecido a "ahora te toca tu parte del trato: no puedes fallar", en recta de meta me acerco a chocar la mano de los miembros del Club Atletismo Membrilla, que estaban aplaudiendo esperando mi llegada, y hago un último sprint de unos 20 metros que me permite, según mi reloj, concluir en 3h04'58". Y con una segunda media con pocos segundos por encima del 1h28'.
 
 
 Impensable, pero ya sabéis que si las cosas salieran como las pienso... no sería yo. Mi enhorabuena a Joaquín y también a Manuel (que acabó emocionado), al Club Atletismo Membrilla y a AECC por esta iniciativa curiosa y maravillosa que han tenido. Y por la forma en la que la han gestionado y organizado. Incluso bolsa del corredor y medalla (además de caja de melones y sandía que me costó llevar al coche); pero sobre todo, la ilusión y amabilidad mostrada por cada uno de los que aportaron algo para que esto saliera hacia adelante. Eternamente agradecido.

6 comentarios:

  1. Todo un honor haber compartido un trozo de la I Maratón Benéfica. Javier me comento quien eras. Estaba anonadado cuando escuchaba vuestros currículum, ¡que envidia!. No pude terminar y bien que me peso, pero el "pinchazo" en el gemelo se convirtió en rotura fibrilar, faltaban 16 km, demasiados, llevaba mas de 10 km desde que sentí dolor en el gemelo; espero que se pueda repetir.
    Hiciste una excelente carrera con un tiempo fantástico; espero que se cumplan tus deseos y aquella por la que corrías se recupere. Comprendo lo que significa esta enfermedad, mi madre falleció de cáncer hará 11 años en Noviembre.
    Lo dicho un honor y un placer haber compartido contigo y el resto de participantes, un trozo de tan fantástica prueba.

    Saludos, Emilio.

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    1. Gracias Emilio. Una verdadera lástima lo tuyo, aunque lo mejor es parar ante cualquier problema que se pueda agravar.

      Si hay otra edición o proyecto similar, por allí nos vemos. A recuperar una semanas, entrenar y a por Málaga.

      Un abrazo y espero que nos veamos en alguna carrera.

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  2. Menuda paliza es un maratón ya de por sí, además dando vueltecitas a una pista, y pasando junto a meta 105 veces, ya tiene mérito.
    Dudo que me vean a mí por una así. Enhorabuena por tu carrera, como viene siendo habitual.
    Salu2

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    1. Como digo, no se me hizo tan pesada. Será porque tengo la distancia controlada, más que por otra cosa. Eso sí, como empieces a ir mal, te vuelves loco.

      Como no hay campo para correr...

      Un saludo, Juanlu.

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  3. Jo, no sabía que tenias este blog, no me dijiste nada, desde ahora lo añado a mis favoritos.
    Por cierto muchas gracias por tu presencia, y tu aportación, gran crónica, haber si nos vemos pronto, yo estaré en Donosti, para la maratón, y tu?

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  4. No saldría el tema. Yo estaré en Oporto el 3 de noviembre.

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