lunes, 2 de abril de 2012

Una prueba con encanto: Subida al Piélago

Domingo 1 de abril, Domingo de Ramos. En la zona centro, la atención del mundo del corredor popular se centra en la cada vez más populosa Media Maratón de Madrid. Hace ya 8 años que participé por segunda y última vez, por lo que uno de estos volveré a estar en la salida; además, ahora termina en el Retiro y cuando yo la corría lo hacía en el estadio de Vallehermoso. Sin embargo, y aunque se encontraba más retirado y la carrera contaba con menor kilometraje, había decidido correr el Cross Subida al Piélago. Esta fantástica carrera se celebra en San Vicente de Hinojosa (Toledo), localidad que cuenta con algo menos de 500 habitantes y que se encuentra situada a unos 25 de kms de Talavera de la Reina, en plena comarca de la Sierra de San Vicente.

La carrera consta de unos 13,5 kms oficiales; algo menos según mi GPS, aunque el discurrir casi todo entre árboles puede dificultar la recepción de los satélites. Es un recorrido que combina asfalto (hormigón vertido de manera irregular, más bien) y tierra y que parte del centro del pequeño pueblo y sube hasta la montaña cercana del cual toma el nombre. Realmente, no llega a lo alto de la montaña: cuando se comienza el sendero que nos llevaría hasta la cima giramos y volvemos sobre nuestros mismos pasos, deshaciendo lo andado (o corrido) para, por el mismo camino, volver a la plaza. Es decir, lo que subimos lo bajamos. Y esto representa sobre 600 metros de desnivel; más o menos un 10% de media, aunque haya falsos descansos, una mini-bajada (que luego es subida) y rampas al 20%.

¿Cómo puede organizar una carrera así un pueblo tan pequeño? No lo sé. Bueno, es fácil: con mucha dedicación e ilusión.  Y lo debemos a la asociación cultura Villa de Hinojosa,  motor de una prueba que también sirve para conmemorar la proclamación como villa independiente de la localidad de Castillo de Bayuela, de la que dependía. Esta edición cumplía ya 23 añitos... y sigue siendo gratuita, una de las razones por las que voluntariamente se ha salido del calendario de la Federación (o mafia del atletismo español). En localidades minúsculas como esta todo el pueblo ayuda, colabora, presencia la prueba y está orgulloso de ella. Por ejemplo, al llegar bastante tiempo antes, decido tomar un café. El camarero inicia una conversación preguntándome si es la primera vez que voy a correrla, me dice que es muy dura, que me lo tome con tranquilidad, etc.  su hija se une a la conversación, también opina, me preguntan de dónde soy, me desean suerte y me despiden con un sonoro "seguro que te gusta y vuelves". O, también, tras finalizar paso ante un grupo de ancianos que han llevado sus sillas para colocarse y no perder detalle y comienzan a felicitarme como si viniera con una medalla olímpica de Londres. Una cosa y otra, singularidad/dureza de la prueba y pueblo pequeño volcado con ella, hacen de esta carrera un evento especial. Para mi gusto le faltarían 10-12 kms más, pero eso es otra historia.

A las 11,30 y con unos más que desafiantes 20 º de temperatura, unas 230 personas tomábamos la salida. Mi objetivo era calibrar las molestias articulares de las dos últimas semanas, por un lado; por el otro, conseguir hacer todo el recorrido corriendo y no convertir la carrera en una  "romería", pues este tipo de pruebas se prestan a ello: ahora ando, ahora me paro, ahora sigo corriendo, ando otra vez... e, incluso, voy a miccionar y no micciono, lo dejo para más tarde, ay que se me carga el gemelo, me pongo a estirar y demás "pseudo-estrategias físico-psicológicas" en las que incurrimos cuando hemos equivocado el ritmo o, directamente, nos presentamos en una prueba para la que no estamos preparados.

Pistoletazo de salida (Creedence Clearwater Revival en el MP3 para acompañarme), 20 metros para salir de la plaza y se inicia la subida con rampas exigentes. Al salir del pueblo la pendiente se suaviza y esta será la constante del ascenso: zonas duras, otras algo más asumibles  y algún que otro breve falso llano que es recibido con alivio. Tras unos 500 mts algo incómodos, pronto cada uno coge su ritmo y no hay problemas "de espacio". Antes de llegar al km 2 voy pasando a gente que ya se ha puesto a andar: por supuesto, no entiendo que hacían colocados en primera línea de salida. Voy subiendo a ritmo regular, salvando una tras otra las diferentes rampas duras y recuperando en las más llevaderas. Antes del km 4, aproximadamente,  hay una breve bajada que permite darse un respiro: será prácticamente el último de toda la subida. A medida que asciendo adelanto a gente y a pesar de que todos a los que paso hacen algún tramo andando (alguno para, luego se pone a correr a a toda velocidad para parar más adelante y así), psicológicamente tengo la fuerza suficiente para no dejar de correr, fuerza que en estos casos debe acompañar inexorablemente a la física.

Logro llegar al final de la subida sin parar de correr en ningún momento y en un tiempo aproximado de 38 minutos. Ahora sólo queda bajar. Pronto me pasan un par de corredores y me temo que aquí ocurrirá lo mismo que en las carreras de montaña, que no hacen sino pasarme corredores; pero no, pronto logro acercarme y bajamos juntos y a gran ritmo, poco más de 3 minutos el km. El miedo que tengo a las bajadas de montaña aquí parece no acompañarme, y las articulaciones no dan señales de queja, a pesar de lo irregular del firme, por lo que decido descender al tope de mis posibilidades, ya con la idea de rondar la hora en meta, tiempo que consideraba casi inalcanzable. El descanso citado en la subida, ahora es una cuesta de unos 200 mts que te destroza el ritmo; como voy fuerte, adelanto aquí a los dos que me habían pasado y a otro más y esa será la inamovible posición hasta el final de la carrera.

Al vislumbrar el pueblo, aparecen grupitos de gente animando. El último km es en la localidad y todo el mundo ha salido a las puertas para recibirnos. La entrada, en la plaza repleta de lugareños y acompañantes de corredores, y con el speaker anunciando nombre y localidad de cada uno de los finishers, la verdad es que es de las que no se olvidan. Como toda la carrera en sí. Termino con un tiempo oficioso de 58'42" y sabiendo que esta carrera "estoy obligado" a hacerla de nuevo (aunque no creo que se den las condiciones para volver a hacer este crono).

Por supuesto, CCR para acompañar.

7 comentarios:

  1. Me has dejado helado con el ritmo a que has bajado, sin palabras, que velocidad.
    Enhorabuena, y seguro que puedes hacer mejor marca en un día de menos calor.

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  2. Pues no ha estado mal. Apuntada queda.

    Ha sido por bulerías??

    Un abrazo

    Santi

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  3. Madre mía, ¡¡por debajo de 3 minutos el km!!, eso debe ser como volar... ¡¡Enhorabuena!!
    Me la apunto, algún día la haré...
    Un besote.

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  4. Buena carrera Carlos, yo la dejé al final por las rodillas y tener Viena tan cerca, pero no se me escapa para otro año, la tortilla para la romería la llevo yo.
    Salu2

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  5. Menos mal que tenías 'molestias articulares', si bajo yo a esa leche me tienen que meter en bancada una semana para reajustarme de arriba a abajo.
    ¿Llevaste toda la carrera a la Creedence?

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  6. Toda la carrera (y calentamiento) a la Creedence, por lo de aliviar el sufrimiento.

    Otro año a ver si quedamos todos por allí. Aunque sea por bulerías, Santi.

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  7. Gran carrera!!! Y gran ambientazo en el pueblo... Este año, aunque sigue siendo gratuita, regalo de aceite de Hinojosa, miel de Hinmojosa y unas chorizos también de la tierra. La verdad es que es impresionante como se vuelca el pueblo con este acontecimiento.

    Ayer escuche decir a varias personas que el problema es que casi no se conoce la carrera, así que contribuyamos a dar nombre a esta gran cross para devolver a este gran pueblo todo lo que nos ofrece la subida al Pielago.

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