lunes, 19 de diciembre de 2011

XXVIII CP Villa de Aranjuez

Ayer domingo tocaba añadir otra prueba, ya clásica, a la colección: la CP Villa de Aranjuez. Mucho había oído y/o leído sobre esta carrera, pero era el momento de sacar conclusiones. Dentro del boom que están viviendo las carreras Aranjuez, desde luego, no ha sido la excepción. Así, este año la participación se ha cerrado en 4.500 personas; no sé  si entre todas las categorías, pues la clasificación muestra como llegados 3.928. Un importante desfase.

Varios son los atractivos de esta carrera: primero, el marco. No muestro un ápice de ingenio si afirmo que Aranjuez es una localidad con encanto. Así que el circuito (sin poder recorrer calles más estrechas o pasar por otros lugares emblemáticos) se aparta para bien de lo que pueden ofrecer otras pruebas poligoneras o a 2-3 vueltas en un pueblo pequeño: salida cercana al Palacio Real, corres por paseos cercanos a los Jardines, luego dentro de ellos bordeando la Real Casa del Labrador, por los márgenes del Tajo y acabas en el lugar de salida.

Los que han corrido más veces afirman que suele hacer un día frío pero soleado, como ayer, lo que la hace ideal para acudir acompañado de la familia y pasar mañana y tarde: los grandes beneficiados son los restaurantes arancetanos (gracias, Crusti). Y, por supuesto, está homologada por la Federación madrileña y es una carrera rápida (sólo un repecho en el km 9), lo que también hace que acuda mucha gente que padezca de esa extendida enfermedad del corredor popular español llamada "marquitis"; incluso, algunos buscan esa marca que les permita situarse bien en los cajones de la San Silvestre o poder correr la Internacional (San Silvestre, se entiende). Algunos, estudiosos del tema, saben hasta dónde recortar para poder lograr mejor tiempo; durante un rato llevé a un par de chavales al lado que anunciaban por donde reducir metros.

Todo esto ha hecho que Aranjuez se convierta en una carrera en vías de masificación. No, no llega todavía a ser como las pruebas con gran patrocinador (periódicos, televisiones, marcas deportivas, entidades bancarias que la usan para publicitarse y si la "pasan" por su fundación para bl..., etc.) que suelen disfrazarse de solidarias (algunas donan 1 euro de 12-14 de la inscripción) y que acabarán llenando el calendario madrileño sustituyendo a carreras solidarias organizadas por clubes pequeños o incluso asociaciones de vecinos y que encuentran dificultades para seguir en el calendario. La CP de Aranjuez agotaba dorsales los primeros días; ante tanta demanda, ha ido aumentando el número de los mismos. En los 3 últimos años, 1.000 nuevos.

Este año se anunció la medida de recoger el dorsal los días antes, no pudiendo hacerse esto el domingo. Algunos creyeron que sería su tumba. Pero bastante antes de llegar diciembre ya estaban agotados. Para quien sea de fuera ir dos veces a Aranjuez es un fastidio, pero la organización dio razones comprensibles: ha habido cientos de quejas duras por las largas colas para recoger chip y dorsal y porque la gente se probaba la camiseta de regalo e intentaban cambiarla si no era su talla. Así que a hacerlo con tiempo el día antes. Como siempre, tenemos en la cabeza la idea de que "el cliente siempre lleva la razón".

A pesar de todo, en Aranjuez todavía se puede correr, más o menos bien. Vas en grupo en todo momento, debes tener cuidado con los que se cruzan sin decir nada y con algún que otro toque, pero se puede correr. La salida por cajones (que no siempre se respetan, por supuesto, faltaría más) y, sobre todo, la novedad de este año en dos tiempos, ayudan a ello. Sin embargo, no sé cuántos corredores más podrá acoger; en la salida es lógico pero en la zona dentro de los jardines, más estrecha, ya se nota cierto embotellamiento y se está a mitad de carrera. Pero es la oferta de la ley y la demanda.

Respecto a mi carrera, poco que decir. Vino bien para dar algo de trabajo a las piernas después de una semana de tranquilidad tras Castellón y, aunque no estaban para excesos, tampoco se quejaron. Así que fueron pasando los kilómetros corriendo a un ritmo ligero pero no asfixiante, durante varios minutos y hasta que me fui hacia adelante acompañando a la tercera clasificada, que iba con dos liebres; y cuando me quise dar cuenta ya se había terminado. Es lo que tienen estas carreras cuando estás en forma para distancias más largas: o lo das todo desde el principio con ritmos a los que no estás acostumbrado o se te hacen muy cortas. El reloj, parado en 38'35".

Después, mesa y mantel con dos amigos corredores: Corraliego y David Capa. Y la comida que puede salir "cara", pues en los postres se planteó la posibilidad de hacer El Infierno del Soplao en versión maratón (46 kms, 4.100 mts desnivel acumulado).

Sea y el tema que acompaña a las imágenes que cierran una de las mejores series de la TV de todos los tiempos, Six Feet Under. Seguro que algún día hablamos de ella.

2 comentarios:

  1. Hay que sacar la agenda, Carlos. Enhorabuena, estás cada día mejor.

    Un abrazo, Mr. Leguas

    Santi

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  2. Pedazo carrera tras Castellón, y buen ágape posterior, pero hay que tener cuidado en los cafés y postres, que luego se apunta uno a muchas cosas.
    Salu2

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