lunes, 2 de enero de 2012

De San Silvestres y otras carreras

Cuando se acerca la Navidad, comienzan a proliferar carreras de distancias cortas que culminan con las que se celebran el día 31: unas, las más famosas, se conocen con el nombre del patrón del día (San Silvestre) y otras como Carreras del Pavo. Aunque ya este animal ha sido sustituido por otros en la mayoría de las mesas la última noche del año.

El boom de las carreras populares, unido al carácter festivo de este tipo de pruebas, ha hecho que este tipo de eventos se extienda hasta límites insospechados hace una década y cuenten con participantes que no se ponen un dorsal en otra ocasión (y algunos ni salen a correr). Cada año aparecen nuevas localidades que el día 31 organizan su carrerita. Algunas de ellas, ante la saturación de pruebas el mismo día optan por fechas anteriores; no son San Silvestres en sentido estricto, pero así suelen denominarse. De hecho, en el lenguaje del corredor popular, toda carrera a partir del 18 de diciembre puede ser catalogada como tal. Yo, la verdad, es que soy purista; también me horroriza cuando alguien me habla de un maratón de 10 kms y esas cosas.

De todas ellas, de todas las San Silvestres, destacan sobre dos. Primero, la de Sao Paulo, por ser la originaria. Se celebró por primera vez en 1924 y trataba de ser una réplica de algunas carreras europeas (especialmente en Francia) que se celebraban la última noche del año y en la que se portaban antorchas. Actualmente tiene una distancia de 15 kilómetros y congrega cerca de 20.000 personas (unas 18.000 en 2010).

El otro gran nombre es la San Silvestre Vallecana. La internacional data de 1964 y a esta se le unió la popular, que este año ha llegado a su edición nº 34. Como sabemos, destaca por su marcado carácter popular, donde los dorsales desaparecen pronto; este año han salido unos 38.000 a la venta y se han agotado en 3 días. Sin embargo, 31.486 aparecen como finishers e incontables corren sin dorsal, porque se han quedado sin él o por su afición a beneficiarse de los demás.

Esto convierte a la SS Vallecana Popular en la segunda carrera más populosa de España, por detrás de la Cursa de El Corte Inglés, que este año ha convocado a más de 58.000 personas para recorrer 10,766 kms por las calles de Barcelona. Excepcionalmente, en 1994 se concentraron en esta carrera casi 110.000 personas, aunque ni mucho menos todas terminaron (se intentaba batir el récord mundial de participación). Este récord ahora lo ostenta una carrera en la capital de Filipinas, Manila, con 160.000 participantes y 116.086 finishers para una ditancia a elegir entre 10, 5 y 3 kms y que se hizo el año pasado para conmemorar el 10-10-10 como fecha.

Quitando estas carreras o ediciones puntuales, en el ránking de carreras más populosas el puesto de honor se lo lleva una prueba que se celebra en Sydney y cuyo nombre es Sun-Herald City2Surf , de 14 kms, más de 86.000 inscripciones y 68.930 llegados a meta este año. En esos primeros puestos también se encuentra la JP Morgan Chase Corporate Challenge (Frankfurt, 3,5 millas, 65.000 llegados en 2008) o la Peachtree Road Race que se celebra el 4 de julio en Atlanta (sobre 55.000). Ya que estamos, decir que los medios maratones con más corredores son el Great North Run en Inglaterra y el de Göteborg, ambos con una participación por encima de las 50.000 personas. El primer maratón es el de NY, que el año pasado se propuso tener más de 45.000 corredores que concluyeran la carrera.

La verdad es que nunca me ha gustado correr en carreras tan populosas, especialmente en una distancia relativamente corta como los 10 kms; por eso nunca me ha llamado la atención la carrera vallecana. Tampoco me gusta demasiado hacer carreras de distancias cortas. Pero como por estas fechas no hay otra cosa, el día 24 hice una de 6 kms en Lillo. Y para despedir el año, por novedad y cercanía geográfica, he optado por hacer dos carreras este día: en Ciudad Real y en Toledo.

Por la mañana se celebraba la XXXVIII (casi nada) edición de la Carrera del Pavo en Ciudad Real, organizada por la Federación de Atletismo de Castilla la Mancha y de carácter gratuito. El recorrido está compuesto por 3 vueltas a un circuito de poco más de 2.200 metros en el parque Gasset y aledaños, junto a la sede del organismo, y contaba con pruebas para categorías inferiores. En la de séniors y veteranos, unas 350 personas de todos los niveles: muy populares pero, también, un numeroso grupo de vinculados a la Federación que daban un nivel elevadísimo a la prueba (4 atletas que han sido mundialistas, entre otros).

Enun día excelente para correr, con el sol como acompañante, como siempre, pienso en hacerla a ritmo tranquilo... y luego nada de nada. Así que tras el embotellamiento inicial de la salida pongo un ritmo elevado (para mí, no para el ganador que "trotó" por debajo de 3 min/km) aunque asumible que mantengo hasta el final. A pesar de las vueltas la carrera es amena, tipo cross, meclando asfalto con tierra, subida y bajada, varios giros rompe-ritmos, etc. Consigo entrar en el puesto 42 y con un tiempo de 25'48" (3'48" min/km).

Tras una recuperación rápida con algún estiramiento, me adecento y a recorrer los 120 kms que separan CR de Toledo, donde he quedado para comer. Allí me encuentro con otros amigos que van a correr (los 3 nerviosos y me sorprende lo de uno de ellos, Fco. Javier Torres, tri-atleta de primera línea en los subélites y que por la tarde hará el puesto cuarenta y pocos). Después, un paseo dándonos el solecito, comentando lo que será la carrera y viendo a la gente ingerir compulsivamente vino y/o cerveza. Ya me avisan de que la carrera pasa por aquí y la gente da por concluida la juerga cuando el último corredor pasa.

Tras un breve calentamiento nos acercamos a la línea de salida, bajo la Puerta Bisagra. La San Silvestre Toledana es una prueba que este año celebraba su 30ª edición y cerró con antelación las inscripciones, que este año han llegado 3.500 para todas las categorías. Tiene una distancia asumible de 8,300 kms (poquillo más por mi GPS) y el punto a favor de que en los últimos kms recorre el casco antiguo de esta colosal ciudad: pasas por las puertas que dan acceso a esta, subes y bajas por calles adoquinadas llenas de historia, etc. y este año, despejado y con sol, tienes la suerte de salir con luz natural y recorrer ya ese centro compartiendo luz artificial con zonas de oscuridad.

Pronto doy con el gran problema de esta carrera: no existen ni cajones de salida ni una mínima educación deportiva entre la gente. Así que, aunque nos colocamos 15 minutos antes, por delante hay muchísima gente que acabará haciendo 8 ó 10 minutos más que yo (algún grupo de gente de más de 50 disfrazados de mickeys y dasys, por ejemplo). Tras la salida, el primer km hay que andarse con mucho cuidado para evitar tropezones y toca hacer algún metro de más para coger posiciones. Poco después de este primer km, y aunque siempre vas rodeado de mucha gente, ya se puede correr.

El recorrido comienza al lado de uno de los accesos al casco antiguo (Puerta Bisagra) y de aquí marcha a la zona nueva, alternando alguna bajada pronunciada con llano (sólo la Avenida Europa presenta unos metros de ascensión no dura). Pronto me veo bien de piernas a pesar de la carrera de la mañana y voy adelantando corredores y marcando un ritmo por debajo de 4 minutos el kilómetro; pero regulando pues me han avisado de lo que viene. Pasando la avenida Barber, el asfalto comienza a picar hacia arriba. Aunque en buena parte del recorrido hay animación, aquí se pasa por el lugar que antes mencionaba en el que la gente estaba de vinos: ahora hacen un auténtico y estrecho pasillo humano animando a los corredores a grito pelado. La verdad es que recuerda a esas míticas etapas de montaña del Tour (alguno intenta ser ingenioso y hace alguna patética bufonada, pero bueno); personalmente, veo frenado mi ritmo porque pasamos poco más que en fila india, pero el momento es sorprendente y emotivo.

A partir de aquí (km 4,5 aproximadamente) se sube la Avenida Reconquista que nos llevará al casco antiguo por la parte contraria a la de la salida. Viene uno de los momentos duros de la carrera, pues es más de un km de dura ascensión hasta que se pasa por la Puerta del Cambrón. Ya dentro de la ciudad medieval, prima el adoquín y las subidas, aunque también encontramos alguna bajada bastante pronunciada para volver a subir: Avda. Reyes Católicos, Sto. Tomé, c/ de la Ciudad, Zocodover y bajada final y de gran pendiente hasta pasar Puerta Bisagra y recorrer la última recta hasta meta.
Aunque, lógicamente, alguna cuesta me hace apretar los dientes y bajar la cabeza, las piernas y el cuerpo me responden a la perfección. No parece haber respondido tan bien la empresa que controlaba el tiempo, que no me recoge entre los finalizados. Así que usaré el tiempo que marcó el Garmin: 33'10". 

Se puede decir de las dos del día, pero sobre todo de esta de Toledo por la belleza de su recorrido: habrá que volver a correrla algún otro año. Desde el punto de vista deportivo (y bajo cualquier aspecto) termina este alocado 2011; el siguiente empieza con fuerza: el domingo la Ruta de Carlos III-Ciudad del Sol, con final en Écija y sobre una distancia ya más "cómoda" para mí: 25,600 kms.

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