martes, 21 de enero de 2014

Marató Costa Daurada, el primero del año

Primera carrera del año; primer maratón. Después del Falco Trail me había prometido un pequeño descanso que al final no fue completo, pues metí un par de medias maratones para cerrar el año. Eso sí, me aparté de las carreras-fiesta típicas de Navidades y no sólo por descansar. 

La Marató Costa Daurada nació en 2010 en Salou y tras dos ediciones no acabó de consolidarse. Entonces, no se celebró la siguiente (2012) y se decidió trasladarla a la vecina Tarragona contando con el patrocinio y mecenazgo de los Juegos del Mediterráneo de 2017. De hecho, el circuito será el del Maratón de dicho evento. Con esta nueva configuración se celebraba por primera vez el año pasado.

Es una maratón pequeña (493 llegados a meta), muy bien organizada, con un circuito duro, bien cerrado al tráfico y que tiene como centro neurálgico el puerto de la ciudad. Como me decía mi amigo Pat, que es de esta ciudad y al que conocí cuando corrimos el Maratón de Estocolmo: "Tarragona es lo que es". Es decir, el recorrido viene caracterizado por las condiciones de la ciudad: todo el tiempo picando hacia arriba o hacia abajo, algunas cuestas fuertes, poco urbano, etc. Pero, sin embargo, me pareció bastante acertado para contar con tanta limitación y no demasiado aburrido teniendo en cuenta que, aunque a una sola vuelta, normalmente se iba y venía por la misma vía separada por conos.

Podríamos dividirlo en dos partes. Una primera cercana al mar y una segunda que recorre la vía principal de Tarragona y algunos barrios periféricos. En la primera, se iba hasta el faro del puerto y se volvía por toda la línea de costa junto al mar para pasar por una zona de fuertes cuestas que enlazaba con la Carrer Vía Agusta, que nos llevaba a la Cala Romana donde (km 13 aproximadamente) se giraba para regresar a la zona del puerto. El primer paso por zona de meta se realizaba en el km 19,5. 


En la segunda parte de la carrera nos adentramos en el interior de Tarragona, recorremos la Rambla Nova pasando por el imponente Balcón del Mediterráneo y salimos del centro para recorrer  los barrios de Torreforta y Campclar. En este, y tras dar una vuelta a una pista de atletismo (curioso, cuanto menos) iniciamos el regreso hacia el puerto, aunque haremos una incursión en un polígono para añadir kilómetros. Cerca del km 40 se pasa a unos metros de meta pero en dirección contraria, ya que hay que dar una pequeña vuelta para completar la distancia. Si se va mal, esto puede terminar de destrozarte. Como he dicho, el final es en pleno puerto. 

Salíamos de Criptana a las 6 de la mañana del sábado y sobre las 11.30 llegábamos al párking cercano al hotel. Fuimos a por el dorsal (a 1 km nada más de allí), donde coincidí con ese leonés maratonianamente internacional que es Ángel de la Mata, que iba a por su 149 maratón y al que animaría en meta. De aquí al hotel, que como nos vio que veníamos a correr nos amplió voluntariamente el check-out hasta que termináramos y nos ducháramos (Catalunya Express, sencillo pero muy recomendable y junto a la estación). Descansamos un poco y por la tarde recorrimos la ciudad, antes de cenar junto a José Fraile y acompañantes amigo. Jose, o Hoffmann, es el organizador del Maratón de Cobeña que correremos el mes que viene.

Mi carrera fue bastante "tranquila. Tras salir un poco detrás, pronto empecé a adelantar a gente que se había colocado donde no debía, incluida una señora con pantalón largo y sudadera atada a la cintura que sin duda había querido experimentar qué se siente saliendo en los primeros lugares (primer premio a la falta de educación del día para ella). Parte de este lío también venía de una carrera paralela de 10 kms que había. Sin embargo, es de justicia decir que pronto se corría bien y que las avenidas eran muy amplias para el número de participantes. 

Me había prometido darme un respiro y no forzar en demasía aunque corriera a un ritmo ligero. Es decir, a pesar de no haber tenido preparación específica (como ya es costumbre), hacer un tiempo sobre 3h10'. pero cumpliendo la máxima de ir cómodo en todo momento. O al menos la mayor parte del tiempo. Así que pronto acomodé el ritmo sin hacer caso de grupos, gente que me adelantara o a la que alcanzara. Toda la carrera la hice solo; desde que ambas carreras se separaron sobre el km 8, e incluso antes, no corrí junto a otro corredor más de 5 segundos. 

Y la verdad es que me salió bien. Me veía cómodo en las cuestas arriba, donde superaba a gente y mantenía buen ritmo. Por la media maratón pasaba a ritmo más rápido del esperado pero con las sensaciones que buscaba: 1h 32' y algunos segundos y muy cómodo. Cuando nos cruzábamos con grupos de corredores en dirección contraria buscaba a Ray y me alegraba verlo cómodo en el grupo de 3h45' preparado para reventar su mejor tiempo. No hay misterio alguno: si entrenas más o menos bien y aparcas (dentro de lo posible) otras cosas, el esfuerzo da resultado. 


No había mucha animación, pero la gente que encontrábamos aplaudía, así como los voluntarios, que hay que decir que se volcaron. Incluso algunos miembros de las fuerzas de orden público (el circuito, vuelvo a decir, muy bien cerrado al público) también lo hacían. Además, fui cruzándome con Pat, que por lesión no pudo participar (recupérate pronto, crack) y que en bicicleta iba señalizando la posición de la primera mujer. Me preguntaba y yo le decía que lo tenía controlado, que terminaba "sobrado" (la primera vez se lo dije, convencido, en el 28). 

En el km 38 y dirigiéndonos ya hacia el puerto, decidí que era hora de esforzarse un poco. Así que si había rodado unos segundos por encima de 4'20" el km de media hasta el momento, empecé a hacerlo unos 15 segundos por debajo. Incluso incrementé el ritmo en la última recta, para marcar finalmente 3h03'15" de tiempo real.y algo por debajo de 1h31' la segunda media. Y la gran alegría del día: ver la llegada de Ray, junto a Jose, en 3h42'. Impresionante su carrera, aunque siempre le pico para que siga progresando, pues todavía tiene bastante margen (y sin matarse, que no soy partidario de cargas exhaustivas que a la larga te hacen odiar el entrenamiento). 


Me gustó este maratón, aunque no haya sido uno de los mejores que he corrido. Eso sí, se  nota que es un club de corredores experimentados el que colabora decisivamente en su organización (muy buena, la verdad). Además, uno de los que más he disfrutado por ir reservando en todo momento para al final hacer un tiempo similar al de otros en los que me vacié mucho más. Pronto, nuevos capítulos...