El mes que viene, el 26 de septiembre, se cumplen 4 años de la muerte de uno de los grandes de la historia del cine. Uno de los actores de más talento interpretativo del Hollywood de los años 50 hacia adelante; una de las estrellas que más tiempo y dinero (una línea de salsas, por ejemplo) dedicó a actos benéficos; una de las mejores personas (y hasta sencilla, se podría decir) que habitaban un mundo descarnado y falso como el de las altas esferas cinematográficas; alguien que jamás perdió una cierta pose rebelde y pareció no traicionar sus ideales y en cuya vida destaca su bella y tierna historia de amor con su segunda mujer, Joanne Woodward; pero ante todo, creo que Paul Newman será recordado como uno de los tipos más atractivos que se han puesto a uno u otro lado de la pantalla. Y es que, aunque está faceta hoy esté algo olvidada (también fue productor), dirigió 5 películas para el cine y una más para la TV.
El actor nació en 1925, estudió un año interpretación en Yale y posteriormente en el mítico Actor's Studio de Nueva York. Además de teatro, en los primeros años cincuenta comienza a realizar apariciones en series de television y en 1954 hace su debú en la gran pantalla, con la nefasta The silver Chalice (El cáliz de plata, Victor Saville, 1954), una "de romanos" que tenía poco más atractivo que ver a Newman con la faldita por encima de las rodillas, el rostro eternamente cabreado de Jack Palance y a las guapísimas Pier Angeli y Virginia Mayo, además de una Natalie Wood de 16 añitos haciendo poco más que de extra.
1- Somebody up there likes me (Marcado por el odio, Robert Wise, 1956)
Tras el fracaso de su primera película, Paul tuvo que volver a la televisión. Sin embargo, fue llamado nuevamente en 1956 al morir el que iba a ser actor principal de esta película (James Dean). Esto posibilitaría el comienzo de la leyenda.
La película es una biografía del boxeador Rocky Graziano, un joven problemático y rebelde que llegó a ser campeón del mundo del peso mediano en la segunda mitad de los 40 y en cuya carrera destaca la trilogía frente a Tony Zale, cuyos dos primeros combates fueron FOTY (pelea del año) para The Ring Magazine, y su derrota tardía frente al grandioso Sugar Ray Robinson (posiblemente el mejor boxeador de la historia).
La película estaba dirigida por el injustamente olvidado para el gran público Robert Wise (lo que se conoce como "artesano") y junto al actor repetía la italiana Pier Angeli, con Sal Mineo en un papel secundario y Steve McQueen sin acreditar.
Imágenes de la película (aunque con una música que no viene a cuento)
2- The long, hot summer (El largo y cálido verano, Martin Ritt, 1958)
1958 es un año importantísimo en la vida de Paul Newman. Este año rueda 4 películas: la comedieta Un marido en apuros (penúltima película dirigida por Leo McCarey), el importante western psicológico-revisionista sobre Billy the kid El zurdo (Arthur Penn), la mítica La gata sobre el tejado de zinc (basada en la obra de Tennessee Williams y con la estelar Elizabeth Taylor y El largo y cálido verano.
Esta última está basada libremente en dos obras cortas y la novela The Hamlet, del gran William Faulkner. Es la primera vez que Newman era dirigido por Martin Ritt, con quien acabaría rodando seis películas y por ella obtuvo el premio de interpretación en Cannes. Pero casi es más conocida porque Newman coincidió con Joanne Woodward (eran amigos desde hace tiempo), se enamoraron, dejaron a sus parejas respectivas y ese mismo año se casaron. Estarían juntos hasta la muerte de él. Newman, ya maduro, conservó su encanto, pero no se le conoció infidelidad alguna (excepto para el vómito humano, espejo de tantas cadenas de TV y de WC españolas que es Shawn Levy, que publicó una biografía, tras la muerte del actor, sobre su lado oscuro); preguntado por ello, siempre contestó algo que traducido sería más o menos "¿por qué voy a buscar una hamburguesa fuera si en casa tengo solomillo?".
Importantísima película en la trayectoria del actor, pues, donde junto a su esposa (en la película de McCarey también coincidiría ese año y, posteriormente, en otras cinco) también compartía pantalla con gente de la talla de Orson Welles (talla XXL para todo), Lee Remick, Anthony Franciosa o Angela Lansbury.
3- The Hustler (El buscavidas, Robert Rossen, 1961)
Prácticamente instalado ya en el estrellato, comienza a ser el principal reclamo de las películas en las que participa. En 1960 interpreta nada más y nada menos que a Ari Ben Canaan en Exodus, (Exodo, Otto Preminger), la película sobre la fundación del Estado de Israel.
En 1961 interpreta a Fast Eddie Felson en The Hustler, para mí su mejor actuación y su mejor película: una impresionante obra maestra que se encuentra entre las mejores obras creadas en Hollywood. Es un film no sobre el mundo del billar, que también, sinoante todo un film sobre perdedores. Robert Rossen indaga en la psicología humana de una manera cruel y veraz, contando con excelentes interpretaciones, además de Newman, de Piper Laurie (Sarah), de Jackie Gleason (inolvidable Minnesota Fat) y de un también estelar George C. Scott (Bert Gordon), quien tiene el honor de lanzar esta frase lapidaria:
“Claro que te emborrachaste. Tenías la mejor excusa en el mundo para perder. No hay ningún problema si pierdes con una buena excusa. Ganar, puede ser una gran carga. Puedes soltar esa carga cuando tienes una excusa. Lo único que tienes que hacer es aprender a sentir pena por tí mismo. Uno de los más populares deportes de interior: sentir pena por uno mismo. Deporte disfrutado por todos, especialmente los perdedores natos.”
Como curiosidad, decir que ese año el premio de la Academia fue a parar Maximilian Schell por Judgment at Nuremberg (¿Vencedores o vencidos?, Stanley Kramer) en el año que el huracán West Side Story acaparó casi todos los premios (The Hustler, como estas dos citadas, contaba con 11 candidaturas). La interpretación de Schell era buena pero creo que hubiera sido necesario otro juicio como el de los líderes nazis, este contra los miembros de la Academia que no votaron a Newman. Claro que George Chakiris le arrebató el de actor de reparto a Gleason, a Scott e, incluso, a.... ¡Monty Cliff! que aparecía también en la película de Kramer.
4- Harper (Harper, investigador privado, Jack Smight, 1966)
Quizá su definitiva consagración como estrella la consiguiera con esta película. Harper está basada en la novela de Ross MacDonald y (aunque en color) es un homenaje a las películas míticas del cine negro, especialmente de los años 40 y a la figura de detectives como Sam Spade o Marlowe (y por lo tanto a genios como Hammet o Chandler). Caso aparentemente fácil que se va complicando, verdadero estudio de personajes de lo más pintoresco, mujeres fatal, ironía por todos lados.... vieja fórmula que, sin embargo, obtuvo un impresionante éxito e hizo nacer una nueva corriente donde, por ejemplo, Sinatra rodaría una trilogía sobre Tony Rome.
Newman está muy bien rodeado por Lauren Bacall, Shelley Winters, Janet Leight, Pamela Tiffin, Arthur Hill o Robert Wagner. En 1975 y con Stuart Rosenberg en la dirección, se haría una secuela, The drowning pool (Con el agua al cuello).
Escena de la piscina (con un doblaje para hacer otro juicio como el de arriba).
5- Cool Hand Luke (La leyenda del indomable, Stuart Rosenberg, 1967)
Otro de los roles más destacados del actor. En esta fábula antiautoritaria muy en consonancia con la época, Newman da vida a Luke, un tipo rebelde que va a dar a la cárcel por vandalismo durante una borrachera, viviendo en sus propias carnes la violencia del sistema, tanto de reclusos como de la institución.
La película está llena de imágenes inolvidables como la desigual pelea de Luke con Dragline (magnífico George Kennedy), la escena de los 50 huevos duros (el último no debería haber contado, desde luego), el asfaltado de la carretera a ritmo trepidante (y toda la simbología que encierra) o la todavía turbadora escena del lavado del coche por parte de Joy Harmon (imaginemos en la época lo que supondría). Pero me quedaría con esta otra, cantando el Plastic Jesus:
6- Butch Cassidy and the Sundance Kid (Dos hombres y un destino, George Roy Hill, 1969)
A punto de terminar la década, un imparable Newman iba a conseguir uno de los grandes éxitos de taquilla de los años 60. Conocida en España con un título un tanto poético (probablemente debido a algún censor que casi acabaría el preu y que reuniría ínfulas artísticas), Butch Cassidy and the Sundance Kid cuenta alguna de las andanzas de este par de forajidos legendarios.
Western revisionista en el que junto a Newman se encuentra un actor formado en TV y que había tenido un par de éxitos en los últimos años (La jauría humana y Descalzos por el parque) y que aquí acabaría de asentarse en el estrellato: Robert Redford. ¿Cuántas mujeres no habrían querido tener el dilema de Etta (Katharine Ross)? O tener su agenda como ella: me despierto al lado de Redford y me voy a pasear con Newman...
Excelente película en la que, por supuesto, se sintoniza con los bandidos (no sólo ellas, desde luego). Hasta se perdona que lleguen a Bolivia y todos hablen con un sospechoso acento mexicano. Excelente banda sonora de Burt Bacharach, en la que aparece la inolvidable...(todos juntos)
7- The Sting (El golpe, George Roy Hill, 1973)
En 1973 volvía a juntarse el equipo de la anterior (Newman, Redford y GR Hill) y volvía a reventar las taquillas, éxito completado esta vez con 7 Óscars, entre los que se encontraban película, director y el prodigioso guión de David S. Ward.
Poco que añadir sobre este film legendario, donde además de las dos estrellas había un reparto coral donde destacan Robert Shaw (Lonnengan, que es nombrado por Newman de mil maneras durante la inolvidable partida de póker en el tren), Charles Durning (el persistente policía) y Dana Elcar (el falso agente del FBI).
Al igual que en en el otro caso, la música también juega un papel importante. Aquí la versión que el autor de la BSO, Marvin Hamlisch, hizo para la película del famoso ragtime The entertainer, de Scott Joplin.
8- The verdict (Veredicto Final, Sidney Lumet, 1982)
La segunda parte de los 70 no fue tan buena para Paul. Siguió haciendo cine, fue en aumento su pasión por las carreras que había comenzado tras rodar en 1969 Winning (500 millas, J. Goldstone) , pero sufrió un duro golpe tras perder por drogas a un hijo de su primer matrimonio. También pasaba de los 50 y, aunque seguía ofreciendo una buena imagen (los ojos, como diría una amiga, seguían ahí), Hollywood suele ser impecable y los papeles que le llegaban ya no eran los mismos.
En esta situación, en 1982 Newman entrega otra de sus mejores actuaciones interpretando al abogado Frank Galvin en la excelente The verdict. Nuevamente una película sobre un perdedor: un abogado fracasado, alcohólico (se rumoreaba que este problema también le acechaba en la vida real) que tiene una última oportunidad en la vida. El director, Sidney Lumet, firmaba una de sus grandes películas antes de caer en años de mediocridad hasta que 25 años después y con 83 rodara su última película (Antes de que el diablo sepa que has muerto).
David Mamet firma un guión donde se bucea en las sombras de los personajes, usándose una fotografía lúgubre que resalta este aspecto. A destacar el duelo interpretativo de Newman con otro grande, James Mason.
9- The color of money (El color del dinero, Martin Scorsese, 1986)
En 1985 Newman recibió un Oscar "honorífico" por el conjunto de su carrera, coincidiendo con sus 60 años. Casualidades de la vida, al año siguiente lo conseguiría por esta película, continuación muchos años después de la película por la que lo debería haber ganado, la más arriba mencionada The Hustler.
Un Scorsese en época de vacío creativo rodaba esta innecesaria segunda película sobre Fast Eddie Felson ahora metido a maestro de una joven promesa del billar, interpretado por una estrella en ciernes como Tom Cruise.
Desde luego, a años de luz de su modelo. Pero sirvió para que el actor consiguiera la estatuilla por méritos propios, tras 6 nominaciones fallidas (casi todas mejores). Y para que muchos conociéramos el excelente Werewolves of London de Frank Zevon.
10- Road to Perdition (Camino a la perdición, Sam Mendes)
Lógicamente, a partir de los 60 la actividad fue decreciendo, aunque se puede observar cómo selecciona trabajos y no aparece en cualquier producción, incluso con varios papeles protagonistas. En 2002 hace su última aparición en la gran pantalla, para poco después anunciar su retiro. De ahí a su muerte, algún trabajo para TV y poner la voz en Cars.
Difícil una mejor despedida. Road to Perdition (Perdition es un lugar físico, lo que se ignora en el título español) es una excelente película sobre el mundo del hampa y un Newman de 77 años está a la altura del film, acompañando a Jude Law y Tom Hanks (y su papada). Sin duda, una despedida de calidad. Y también de calidad era la BSO de Thomas Newman (el hijo del mítico Alfred Newman), del que incorporo un segmento.
Sin duda, Paul Newman uno de los grandes. Para nosotros y para ellas. Tantos recuerdos me trae este post que me propongo ir revisando cada título.
Prácticamente instalado ya en el estrellato, comienza a ser el principal reclamo de las películas en las que participa. En 1960 interpreta nada más y nada menos que a Ari Ben Canaan en Exodus, (Exodo, Otto Preminger), la película sobre la fundación del Estado de Israel.
En 1961 interpreta a Fast Eddie Felson en The Hustler, para mí su mejor actuación y su mejor película: una impresionante obra maestra que se encuentra entre las mejores obras creadas en Hollywood. Es un film no sobre el mundo del billar, que también, sinoante todo un film sobre perdedores. Robert Rossen indaga en la psicología humana de una manera cruel y veraz, contando con excelentes interpretaciones, además de Newman, de Piper Laurie (Sarah), de Jackie Gleason (inolvidable Minnesota Fat) y de un también estelar George C. Scott (Bert Gordon), quien tiene el honor de lanzar esta frase lapidaria:
“Claro que te emborrachaste. Tenías la mejor excusa en el mundo para perder. No hay ningún problema si pierdes con una buena excusa. Ganar, puede ser una gran carga. Puedes soltar esa carga cuando tienes una excusa. Lo único que tienes que hacer es aprender a sentir pena por tí mismo. Uno de los más populares deportes de interior: sentir pena por uno mismo. Deporte disfrutado por todos, especialmente los perdedores natos.”
Como curiosidad, decir que ese año el premio de la Academia fue a parar Maximilian Schell por Judgment at Nuremberg (¿Vencedores o vencidos?, Stanley Kramer) en el año que el huracán West Side Story acaparó casi todos los premios (The Hustler, como estas dos citadas, contaba con 11 candidaturas). La interpretación de Schell era buena pero creo que hubiera sido necesario otro juicio como el de los líderes nazis, este contra los miembros de la Academia que no votaron a Newman. Claro que George Chakiris le arrebató el de actor de reparto a Gleason, a Scott e, incluso, a.... ¡Monty Cliff! que aparecía también en la película de Kramer.
4- Harper (Harper, investigador privado, Jack Smight, 1966)
Quizá su definitiva consagración como estrella la consiguiera con esta película. Harper está basada en la novela de Ross MacDonald y (aunque en color) es un homenaje a las películas míticas del cine negro, especialmente de los años 40 y a la figura de detectives como Sam Spade o Marlowe (y por lo tanto a genios como Hammet o Chandler). Caso aparentemente fácil que se va complicando, verdadero estudio de personajes de lo más pintoresco, mujeres fatal, ironía por todos lados.... vieja fórmula que, sin embargo, obtuvo un impresionante éxito e hizo nacer una nueva corriente donde, por ejemplo, Sinatra rodaría una trilogía sobre Tony Rome.
Newman está muy bien rodeado por Lauren Bacall, Shelley Winters, Janet Leight, Pamela Tiffin, Arthur Hill o Robert Wagner. En 1975 y con Stuart Rosenberg en la dirección, se haría una secuela, The drowning pool (Con el agua al cuello).
Escena de la piscina (con un doblaje para hacer otro juicio como el de arriba).
5- Cool Hand Luke (La leyenda del indomable, Stuart Rosenberg, 1967)
Otro de los roles más destacados del actor. En esta fábula antiautoritaria muy en consonancia con la época, Newman da vida a Luke, un tipo rebelde que va a dar a la cárcel por vandalismo durante una borrachera, viviendo en sus propias carnes la violencia del sistema, tanto de reclusos como de la institución.
La película está llena de imágenes inolvidables como la desigual pelea de Luke con Dragline (magnífico George Kennedy), la escena de los 50 huevos duros (el último no debería haber contado, desde luego), el asfaltado de la carretera a ritmo trepidante (y toda la simbología que encierra) o la todavía turbadora escena del lavado del coche por parte de Joy Harmon (imaginemos en la época lo que supondría). Pero me quedaría con esta otra, cantando el Plastic Jesus:
6- Butch Cassidy and the Sundance Kid (Dos hombres y un destino, George Roy Hill, 1969)
A punto de terminar la década, un imparable Newman iba a conseguir uno de los grandes éxitos de taquilla de los años 60. Conocida en España con un título un tanto poético (probablemente debido a algún censor que casi acabaría el preu y que reuniría ínfulas artísticas), Butch Cassidy and the Sundance Kid cuenta alguna de las andanzas de este par de forajidos legendarios.
Western revisionista en el que junto a Newman se encuentra un actor formado en TV y que había tenido un par de éxitos en los últimos años (La jauría humana y Descalzos por el parque) y que aquí acabaría de asentarse en el estrellato: Robert Redford. ¿Cuántas mujeres no habrían querido tener el dilema de Etta (Katharine Ross)? O tener su agenda como ella: me despierto al lado de Redford y me voy a pasear con Newman...
Excelente película en la que, por supuesto, se sintoniza con los bandidos (no sólo ellas, desde luego). Hasta se perdona que lleguen a Bolivia y todos hablen con un sospechoso acento mexicano. Excelente banda sonora de Burt Bacharach, en la que aparece la inolvidable...(todos juntos)
7- The Sting (El golpe, George Roy Hill, 1973)
En 1973 volvía a juntarse el equipo de la anterior (Newman, Redford y GR Hill) y volvía a reventar las taquillas, éxito completado esta vez con 7 Óscars, entre los que se encontraban película, director y el prodigioso guión de David S. Ward.
Poco que añadir sobre este film legendario, donde además de las dos estrellas había un reparto coral donde destacan Robert Shaw (Lonnengan, que es nombrado por Newman de mil maneras durante la inolvidable partida de póker en el tren), Charles Durning (el persistente policía) y Dana Elcar (el falso agente del FBI).
Al igual que en en el otro caso, la música también juega un papel importante. Aquí la versión que el autor de la BSO, Marvin Hamlisch, hizo para la película del famoso ragtime The entertainer, de Scott Joplin.
8- The verdict (Veredicto Final, Sidney Lumet, 1982)
La segunda parte de los 70 no fue tan buena para Paul. Siguió haciendo cine, fue en aumento su pasión por las carreras que había comenzado tras rodar en 1969 Winning (500 millas, J. Goldstone) , pero sufrió un duro golpe tras perder por drogas a un hijo de su primer matrimonio. También pasaba de los 50 y, aunque seguía ofreciendo una buena imagen (los ojos, como diría una amiga, seguían ahí), Hollywood suele ser impecable y los papeles que le llegaban ya no eran los mismos.
En esta situación, en 1982 Newman entrega otra de sus mejores actuaciones interpretando al abogado Frank Galvin en la excelente The verdict. Nuevamente una película sobre un perdedor: un abogado fracasado, alcohólico (se rumoreaba que este problema también le acechaba en la vida real) que tiene una última oportunidad en la vida. El director, Sidney Lumet, firmaba una de sus grandes películas antes de caer en años de mediocridad hasta que 25 años después y con 83 rodara su última película (Antes de que el diablo sepa que has muerto).
David Mamet firma un guión donde se bucea en las sombras de los personajes, usándose una fotografía lúgubre que resalta este aspecto. A destacar el duelo interpretativo de Newman con otro grande, James Mason.
9- The color of money (El color del dinero, Martin Scorsese, 1986)
En 1985 Newman recibió un Oscar "honorífico" por el conjunto de su carrera, coincidiendo con sus 60 años. Casualidades de la vida, al año siguiente lo conseguiría por esta película, continuación muchos años después de la película por la que lo debería haber ganado, la más arriba mencionada The Hustler.
Un Scorsese en época de vacío creativo rodaba esta innecesaria segunda película sobre Fast Eddie Felson ahora metido a maestro de una joven promesa del billar, interpretado por una estrella en ciernes como Tom Cruise.
Desde luego, a años de luz de su modelo. Pero sirvió para que el actor consiguiera la estatuilla por méritos propios, tras 6 nominaciones fallidas (casi todas mejores). Y para que muchos conociéramos el excelente Werewolves of London de Frank Zevon.
10- Road to Perdition (Camino a la perdición, Sam Mendes)
Lógicamente, a partir de los 60 la actividad fue decreciendo, aunque se puede observar cómo selecciona trabajos y no aparece en cualquier producción, incluso con varios papeles protagonistas. En 2002 hace su última aparición en la gran pantalla, para poco después anunciar su retiro. De ahí a su muerte, algún trabajo para TV y poner la voz en Cars.
Difícil una mejor despedida. Road to Perdition (Perdition es un lugar físico, lo que se ignora en el título español) es una excelente película sobre el mundo del hampa y un Newman de 77 años está a la altura del film, acompañando a Jude Law y Tom Hanks (y su papada). Sin duda, una despedida de calidad. Y también de calidad era la BSO de Thomas Newman (el hijo del mítico Alfred Newman), del que incorporo un segmento.