El Torcal de Antequera es un Paraje Natural ubicado en el término municipal de esta localidad malagueña y caracterizado por las formas que adoptan las rocas debidas a la erosión (lo que se conoce como paisaje kárstico). Había oído hablar de él, así que cuando descubrí que se celebraba un maratón, convencí a Ray y nos apuntamos al Desafío Sur del Torcal.
Única preparación específica |
El cajón de sastre (y desastre) de los últimos meses de carreras hicieron que nos presentásemos sin preparación específica: ni un día de entrenamiento en montaña. Tan sólo el Corretrail que hice 15 días antes, en Corral de Calatrava, podría definirse como tal: una prueba de casi 28 kms, con alguna que otra subida interesante aunque corta, pero que en su conjunto no llegaba a 600+. Aquí me había encontrado bien, lo que unido al gran fondo con el que cuento actualmente (hacer un maratón mensual desde septiembre tiene estas cosas), mitigaba un poco esa carencia de kilómetros de monte.
Cartel de la prueba |
Una duchita rápida, un café y un intento fallido de desayunar después (los excesos de la cena lo impedían), ya podía considerarme persona. Así que nos fuimos para la salida, en el Centro de Tecnificación a las afueras de la ciudad. Finalmente, y a pesar del calor que se esperaba y la hora del pistoletazo inicial (que por problemas técnicos se convirtió en la clásica voz), las 10.00 de la mañana, me decanté por no llevar mochila: consideraba que los avituallamientos podían ser suficientes dadas las características de la carrera. En esta misma línea, elegí unas zapatillas de trail pero más ligeras y para terrenos de escasa dificultad técnica.
Especialmente en este último aspecto acerté, pues la carrera tiene pocos requerimientos técnicos. Cuenta con unos 1.650+ en sus casi 44 kilómetros de distancia, pero es muy corrible. Mucha pista forestal, senderos no excesivamente técnicos y de las dos subidas principales, una por "buen terreno" y otra ya de más dificultad en 2/3 partes (El cerro del Águila). En cuanto a bajadas, y yo bajo mal, un par de tramos más técnicos: la que llevaba hacia Fuenfría y, especialmente, la de las Escaleruelas. El resto del recorrido, para correr bastante... si se cuenta con preparación adecuada, desde luego. Y esto es algo que con el "boom" del atletismo (en asfalto y fuera de él) popular se olvida cada vez más.
A las 10.00 de la mañana y tras saludar a Javi Muñoz y a Eduardo, quienes venían de Valencia, tomamos la salida. El popular y ya mítico "SuperPaco" había venido desde su pueblo andando junto a otro corredor y ahora afrontaban la prueba. IMPRESIONANTE. Cerca de 700 personas les acompañábamos, entre corredores, senderistas y los que optarían "por la fórmula mixta". Más de 25 grados se esperaban durante casi toda la mañana-tarde, aunque luego estuvimos acompañados por una agradable brisa que facilitó las cosas.
Subidas contenidas... |
Tras salir del control y avituallamiento se inicia la parte de más dificultad, por las rampas y el terreno: la ascensión al Cerro del Águila. 4 kilómetros y su correspondiente bajada de cierta dificultad técnica. Desde aquí, vuelta a Las Escaleruelas, con unos kilómetros comunes a la ida, la bajada técnica de esta zona y la parte final de regreso a Antequera sin dificultad y para correr todo lo que se quiera y, sobre todo, se pueda: Cortijo Machuca, La Magdalena, el interminable Camino de las Arquillas y el descenso final hacia la meta, tras dar una vuelta casi completa a la pista cubierta del Centro de Tecnificación.
Bien señalizada la prueba, con mezcla de cinta de balizar, señales en el suelo y piedras, y muchos voluntarios en los puntos conflictivos. Además, una de las pruebas donde más miembros de Protección Civil y voluntarios he visto: se nota el cariño de la gente de la zona y de los organizadores hacia su carrera. Incluso en los puntos más peligrosos, como la bajada de Chimeneas-Machuca, había gente entre los pedregales aconsejándonos por donde descender. Pleitesía para todos ellos, alma de la prueba.
... Y otras más agresivas |
Respecto a mi carrera la verdad es que, sin forzar en exceso, salió bastante bien. Es un terreno adecuado a mis (torpes) caracterísiticas, mejor que los de gran exigencia técnica y eso se nota. Pronto busqué un ritmo en el que me sintiera cómodo y olvidándome de la gente que me podía pasar: tengo ya la suficiente experiencia como para no importarme correr solo los 42 kms. Las cuestas a mi ritmo constante y en las bajadas no cebarme y coger un ritmo fuerte; en las técnicas por mi pavor a una caída o esguince y en las que no lo son para cuidar la excesiva erosión de la musculatura. Así, un poco al contrario de mucha gente, que se esfuerza más en las bajadas que en las subidas, no importándole andar en terreno fácil.
Imagen del descenso más técnico |
Sería la última vez que alguien me pasara, pues al salir a la pista para iniciar el recorrido de vuelta, la mayoría afrontaba los toboganes por pista forestal andando, lo que hacía que me marchara con mi ritmo contenido pero constante. En la bajada más técnica (de la Sierra de las Chimeneas, como he mencionado), un chaval que me había pasado varias veces y que otras tantas había sido superado por mí, a mi comentario de "adiós por dónde toca bajar" me responde "mejor, que tanta pista es más aburrido". Medio minuto después oigo un grito de dolor, un problema muscular. Le pregunto y me dice que siga, que ya viene un voluntario. Entre el calor y el cansancio acumulado, un mal posicionamiento conlleva un seguro tirón muscular. No sé si acabaría la prueba.
Llegada (ojo, cuidando la técnica de carrera y todo) |
Como muestra de lo entero que marcho, en ese último descenso (con alguna piedra suelta y de terreno irregular) adelanto hasta a tres corredores. Sí, ¡yo en descenso adelantando a gente! Entro en meta marcando un tiempo de 4h29'01" y colocándome entre los 30 primeros y todo. Recupero mientras que charlo con Marisa y esperamos a Ray, quien llega con visibles ciertos signos de cansancio y de haberse vaciado. A pesar de los 400 kms que tenemos hasta allí, una carrera muy, pero que muy repetible. Por todo: paisajes, localidad, tremenda organización, cariño de la gente.
Ahora a recuperar conveniente y rápidamente que el sábado 26, aunque a ritmo suave, toca hacer otro maratón. Nuevamente Solidario, organizado por ACREAR y a celebrarse en un circuito en Carrión de Calatrava.