miércoles, 16 de abril de 2014

Desafío Sur del Torcal

El Torcal de Antequera es un Paraje Natural ubicado en el término municipal de esta localidad malagueña y caracterizado por las formas que adoptan las rocas debidas a la erosión (lo que se conoce como paisaje kárstico). Había oído hablar de él, así que cuando descubrí que se celebraba un maratón, convencí a Ray y nos apuntamos al Desafío Sur del Torcal.

Única preparación específica

El cajón de sastre (y desastre) de los últimos meses de carreras hicieron que nos presentásemos sin preparación específica: ni un día de entrenamiento en montaña. Tan sólo el Corretrail que hice 15 días antes, en Corral de Calatrava, podría definirse como tal: una prueba de casi 28 kms, con alguna que otra subida interesante aunque corta, pero que en su conjunto no llegaba a 600+. Aquí me había encontrado bien, lo que unido al gran fondo con el que cuento actualmente (hacer un maratón mensual desde septiembre tiene estas cosas), mitigaba un poco esa carencia de kilómetros de monte. 


Cartel de la prueba
El viernes por la tarde salimos para Antequera y nos recibió la localidad con una temperatura sensacional y con mucha gente, con su singular gracejo, en la calle. Bonito lugar, la verdad. Dejamos las maletas en el céntrico hotel (Plaza de San Sebastián) y dimos un paseo hasta el lugar donde la organización entregaba los dorsales. Al llegar tarde no pudimos recogerlos pero cenamos en el buffet... y de qué manera: parecía que estábamos de boda o algo similar. Tras dar buena cuenta de pasta, pizza y postre (¡pizza dulce con chocolate y lacasitos!), un café en una terraza gozando de la temperatura y a dormir. Entre la pastilla que me tomé y el cansancio acumulado en los últimos días, ni oí la alarma a la mañana siguiente. Tuvo Ray que llamar a la puerta a la hora convenida para despertarme, algo rarísimo en mí. 

Una duchita rápida, un café y un intento fallido de desayunar después (los excesos de la cena lo impedían), ya  podía considerarme persona. Así que nos fuimos para la salida, en el Centro de Tecnificación a las afueras de la ciudad. Finalmente, y a pesar del calor que se esperaba y la hora del pistoletazo inicial (que por problemas técnicos se convirtió en la clásica voz), las 10.00 de la mañana, me decanté por no llevar mochila: consideraba que los avituallamientos podían ser suficientes dadas las características de la carrera. En esta misma línea, elegí unas zapatillas de trail pero más ligeras y para terrenos de escasa dificultad técnica.
Perfil agresivo aunque de poca dificultad técnica
Especialmente en este último aspecto acerté, pues la carrera tiene pocos requerimientos técnicos. Cuenta con unos 1.650+ en sus casi 44 kilómetros de distancia, pero es muy corrible. Mucha pista forestal, senderos no excesivamente técnicos y de las dos subidas principales, una por "buen terreno" y otra ya de más dificultad en 2/3 partes (El cerro del Águila). En cuanto a bajadas, y yo bajo mal, un par de tramos más técnicos: la que llevaba hacia Fuenfría y, especialmente, la de las Escaleruelas. El resto del recorrido, para correr bastante... si se cuenta con preparación adecuada, desde luego. Y esto es algo que con el "boom" del atletismo (en asfalto y fuera de él) popular se olvida cada vez más.

A las 10.00 de la mañana y tras saludar a Javi Muñoz y a Eduardo, quienes venían de Valencia, tomamos la salida. El popular y ya mítico "SuperPaco" había venido desde su pueblo andando junto a otro corredor y ahora afrontaban la prueba. IMPRESIONANTE. Cerca de 700 personas les acompañábamos, entre corredores, senderistas y los que optarían "por la fórmula mixta". Más de 25 grados se esperaban durante casi toda la mañana-tarde, aunque luego estuvimos acompañados por una agradable brisa que facilitó las cosas. 

Subidas contenidas...
La carrera es preciosa. Los primeros  kilómetros recorren el centro de la ciudad y suben hasta la zona elevada de la misma, por el Castillo. A partir de aquí se inicia una suave y prolongada ascensión hasta más o menos el km 13, jalonada de toboganes y que nos hace rodear el Torcal a lo largo de sus faldas, pudiendo disfrutar de su visión majestuosa. Entre el km 13 y el 16 llega la primera gran subida, la de Las Escaleruelas, que nos adentrará de lleno en el Paraje Natural (del Torcal y de la Sierra de las Chimeneas, si no me equivoco). Fundamentalmente por pistas se pone rumbo a la población de La Joya (km 22), donde buena parte de la publación del minúsculo y entrañable pueblo nos recibe con efusividad. 

Tras salir del control y avituallamiento se inicia la parte de más dificultad, por las rampas y el terreno: la ascensión al Cerro del Águila. 4 kilómetros y su correspondiente bajada de cierta dificultad técnica. Desde aquí, vuelta a Las Escaleruelas, con unos kilómetros comunes a la ida, la bajada técnica de esta zona y la parte final de regreso a Antequera sin dificultad y para correr todo lo que se quiera y, sobre todo, se pueda: Cortijo Machuca, La Magdalena, el interminable Camino de las Arquillas y el descenso final hacia la meta, tras dar una vuelta casi completa a la pista cubierta del Centro de Tecnificación

Bien señalizada la prueba, con mezcla de cinta de balizar, señales en el suelo y piedras, y muchos voluntarios en los puntos conflictivos. Además, una de las pruebas donde más miembros de Protección Civil y voluntarios he visto: se nota el cariño de la gente de la zona y de los organizadores hacia su carrera. Incluso en los puntos más peligrosos, como la bajada de Chimeneas-Machuca, había gente entre los pedregales aconsejándonos por donde descender. Pleitesía para todos ellos, alma de la prueba.

... Y otras más agresivas

Respecto a mi carrera la verdad es que, sin forzar en exceso, salió bastante bien. Es un terreno adecuado a mis (torpes) caracterísiticas, mejor que los de gran exigencia técnica y eso se nota. Pronto busqué un ritmo en el que me sintiera cómodo y olvidándome de la gente que me podía pasar: tengo ya la suficiente experiencia como para no importarme correr solo los 42 kms. Las cuestas a mi ritmo constante y en las bajadas no cebarme y coger un ritmo fuerte; en las técnicas por mi pavor a una caída o esguince y en las que no lo son para cuidar la excesiva erosión de la musculatura. Así, un poco al contrario de mucha gente, que se esfuerza más en las bajadas que en las subidas, no importándole andar en  terreno fácil. 

Imagen del descenso más técnico
Así, la primera parte de la prueba la tomé como calentamiento y en la subida de Las Escaleruelas me encontré bien, con una sola rampa en la que tuve que dejar durante unos segundos de trotar. Esto me demostró que hoy tocaba hacer una buena carrera. Repostaba bien en los avituallamientos (cada 7 primero y luego cada 4 kms aproximadamente) y no me costaba afrontar corriendo los toboganes. La subida al Cerro del Águila la hice a buen ritmo, andando en los intervalos más técnicos y duros y retomando la carrera cuando la pendiente se suavizaba y daba el menor respiro. Así, cogí a un grupito que luego me pasó en la bajada, desarrollado por un riachuelo con poca agua pero que había erosionado el piso.

Sería la última vez que alguien me pasara, pues al salir a la pista para iniciar el recorrido de vuelta, la mayoría afrontaba los toboganes por pista forestal andando, lo que hacía que me marchara con mi ritmo contenido pero constante. En la bajada más técnica (de la Sierra de las Chimeneas, como he mencionado), un chaval que me había pasado varias veces y que otras tantas había sido superado por mí, a mi comentario de "adiós por dónde toca bajar" me responde "mejor, que tanta pista es más aburrido". Medio minuto después oigo un grito de dolor, un problema muscular. Le pregunto y me dice que siga, que ya viene un voluntario. Entre el calor y el cansancio acumulado, un mal posicionamiento conlleva un seguro tirón muscular. No sé si acabaría la prueba.

Llegada (ojo, cuidando la técnica de carrera y todo)
Tras el avitualllamiento del 34, el terreno presentará algún tobogán pero predomina el llano y el ligero descenso. Como realmente voy "fresco" (en la medida que se puede ir con más de 25 grados y esa distancia) iré pasando a varios corredores: no puedo esconder mi origen asfaltero. Así que poco a poco me acerco a Antequera, aunque queda rodear la llamada Torre del Hacho por el camino de las Arquillas. El GPS marca ya casi la distancia, queda bajar y a lo lejos se ven chalecos refrectantes de los voluntarios que indican que queda camino por recorrer. Intento no venirme abajo y mantener el ritmo. Finalmente, un desvío para bajar por un sendero y abajo se vislumbra el Centro de Tecnificación.

Como muestra de lo entero que marcho, en ese último descenso (con alguna piedra suelta y de terreno irregular) adelanto hasta a tres corredores. Sí, ¡yo en descenso adelantando a gente! Entro en meta marcando un tiempo de 4h29'01" y colocándome entre los 30 primeros y todo. Recupero mientras que charlo con Marisa y esperamos a Ray, quien llega con visibles ciertos signos de cansancio y de haberse vaciado. A pesar de los 400 kms que tenemos hasta allí, una carrera muy, pero que muy repetible. Por todo: paisajes, localidad, tremenda organización, cariño de la gente. 

Ahora a recuperar conveniente y rápidamente que el sábado 26, aunque a ritmo suave, toca hacer otro maratón. Nuevamente Solidario, organizado por ACREAR y a celebrarse en un circuito en Carrión de Calatrava.




2 comentarios:

  1. Otro reto conseguido y van?..., bueno sigue así Carlos disfrutando de lo que te gusta y dando envidia, jeje, haber si nos vemos pronto. UN SALUDO Y FELICIDADES

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  2. Buena carrera Carlos, tomo nota también, además estuve una vez en el Torcal y me gustó mucho. Por poco que prepares una carrera tus maratones son una excelente preparación ya de por sí.
    Salu2

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