Con gente como Andrés (y sus suegros y mujer, Ana) en el lugar de la gran mayoría de políticos que existen en el mundo, este sería un lugar mucho más agradable. Fue a finales del año pasado cuando él nos informó de la celebración de esta carrera, que se organizaba por primera vez: de muntanya, 45 kms, por equipos de 4 participantes y donde el cuarto integrante en alcanzar la meta era el que marcaba el tiempo. Pronto ofrecía yo hacer equipo, sabedor de que le haría ilusión correr en su ciudad y que le acompañáramos (o eso imaginé yo), y Juanlu, cómo no, se apuntaba. El cuarto integrante varió por compromisos en la fecha de celebración y al final acabó siendo Celso. 3 especialistas en montaña y otro, un servidor, muy lejos de serlo.
Andrés corrió con todos los detalles de la organización y encontró un patrocinador (el restaurante de su suegro, D'Ana) al que representaríamos y que pagaría las inscripciones. Además, unos y otros nos dieron alojamiento, nos ofrecieron una exquisita cena tras la carrera y nos brindaron un arroz con bogavante el domingo que, si lo hubieran probado, haría pensar a los dioses del Olimpo que llevan desde tiempos inmemoriales haciendo el tonto con su néctar y ambrosía. A cambio, nosotros sólo teníamos que aportar una de las cosas que más nos gusta: correr. Al menos, y dentro de nuestras limitaciones, creo que lo hicimos bastante bien. Tanta hospitalidad me (nos) ha abrumado y quedamos en deuda con los anfitriones.
El Trail Solidari Ciutat d'Alcoi es una prueba de unos 48,5 kms (más de lo previsto inicialmente por la organización) y 2.300 + que se desarrolla en los parques naturales de Mariola y La Font Roja, que rodean la ciudad. La salida y llegada se produce en 577 mts y el punto más alto sobre 1.336, el Menejador. Dos son las grandes subidas de la carrera, resumiendo perfil, aunque tienen pequeños descansos. La primera del km 5 al 9 (por encima de los 1000 mts), la segunda del 23 al 34 aproximadamente subiendo a la cota antes enunciada. El recorrido es realmente bello pero con alergia a las pistas forestales: entre estas y el asfalto no creo que superen el 25% del mismo. Es decir, sendas, sendas y más sendas; o sendas, traileras, senderos y corriols, si lo queremos presentar menos monótono (en cuanto a vocabulario, porque ni mucho menos lo es el trazado). Además, todo lo recaudado (grande la organización) para un par de asociaciones dedicadas a la lucha contra el cáncer. TODO UN EJEMPLO.
Los tres forasteros (Juanlu, Celso y yo) llegamos el viernes sobre las 8.30 a Alcoy: encuentro con Ana, recogida de dorsal, una vuelta por la ciudad y a esperar a Andrés. Pasta para cenar y sobre la 1.00 a dormir, que había que madrugar. Poco antes de las 6.30 a levantarse, algo de desayuno y a la salida. 106 equipos en carrera, lo que hacía una muy buena participación (más de 400 personas) para una prueba debutante y no al alcance de cualquiera. Con un petardazo que nos asustó, al estar de cháchara, se daba la salida. El traje oficial (o casi) del equipo, nos lo había suministrado Andrés: la camiseta, preciosa, de los cruzados del Atlétic Running Club de Alcoy.
Los primeros kms se desarrollan por la ciudad y como teníamos previsto, cada uno del equipo sigue su camino: muchos (casi todos) lo hacían, pero no era obligatorio que todos los integrantes fueran juntos. Al salir del Parque del Romeral comienzan las primeras rampas (zona del Preventorio). En el descenso consiguiente, el primero del día, empieza a pasarme la gente por todos lados. Pienso que debo aprender a bajar de una vez por todas, pero es difícil, no entreno apenas montaña. De hecho, me presento a una carrera de estas características con un entrenamiento de 24 kms y el trail ligero y rápido de la semana pasada, Pies Negrox Trail. Intento mantener la calma, a pesar de que me cabreo (y mucho) cuando oigo a mi espalda decir un corredor a otro "ponle el aliento en la nuca". Por supuesto, me fijo en las camisetas de los chavales. Por si acaso...
Con la entrada en el Barranc del Cint empieza la primera gran subida. Dos rampas durísimas y el resto de forma contenida por una zona preciosa: entre rocas, agua que cae de las alturas y cruza el camino, corriendo como entre los restos de una antigua calzada... Aquí voy poco a poco superando corredores que no me explico si sólo entrenan bajando; la verdad es que me voy encontrando bien ascendiendo. Al coronar el Alt de Les Pedres (la zona conocida como "la buitrera") vemos un mar de nubes bajo nosotros, una imagen inolvidable. Aquí toca crestear por sendas y sobre el km 10 (Ermita de Sant Cristofol) comienza la primera parte del descenso; por supuesto, voy apartándome a un lado porque me pasa bastante gente. Intento aislarme: en carreras tan largas debo ir "cómodo" en todo momento. Del km 12 al 13 se vuelve a subir de manera suave, lo que aprovecho para coger a un equipo con los que iré, integrado y charlando unas veces, o cerca de ellos otras, varios kms.
Del km 13 al 23 llegan los más cómodos de la carrera. Primero un descenso suave y por terreno poco técnico; luego, una zona de toboganes que recorre la Vía Verde y los túneles o el Hotel Rural La Masía La Mota. La llegada al Racó de Sant Bona Ventura marca el inicio de la larguísima ascensión que culminará en el Menejador y que me iba a mantener entretenido las casi 2 horas siguientes. La primera parte de la ascensión, con fuertes rampas y algún mínimo descanso, culmina en el avituallamiento del Pla dels Galers. Aquí adelanto a 2 corredores aislados y a 2 grupos, con aspecto de manejarse muy bien en la montaña. Tanto, que incluso me sorprende hacerlo; para satisfacción propia, uno de los segundos son los del aliento en la nuca, aunque me limito a animarles. Finalmente, llegarán más de 30 minutos después que yo a meta. A partir de aquí, haré la carrera solo, no adelantaré a nadie ni nadie me pasará. Unas 2 horas más viendo, exclusivamente, a la gente de los avituallamientos y controles de paso o a algún senderista que te anima.
La segunda parte de la subida también es durísima, con mezcla de pista y, preferentemente, senda. Las rampas más duras recurro a andar, pero recuperando rápidamente la carrera, lo que me permite seguir con mucha confianza. Finalmente, paso el control del Menejador pero a lo lejos veo una senda que zigzaguea. Pregunto, de manera retórica, si hay que subir por ahí. Esto no lo tenía previsto, pero ni mucho menos me encuentro sin fuerza. Tras crestear y subir de nuevo, toca bajar. Y vaya bajada. Esperaba pista (y Andrés me la había prometido), pero no: sendero. Terrible, interminable, continuada, sin grandes desniveles, con algún tobogán que hasta se agradecía, llena de piedra, de no más de 80 cms de anchura que reclamaba la atención y más con el grado de fatiga acumulado, entre árboles que no dejaban ver si nos acercábamos a la ciudad. Al menos, nos tapaba del sol de justicia , 23º, que ya comenzaba a castigar, aunque alguna nube nos había salvado de haber sufrido más. No sé si estaría cerca de 40 minutos por esa senda. Noto que no voy bajando mal, aunque en todo momento aseguro la bajada. Nadie se vislumbra detrás y es que la gran mayoría, cuando ya están escasos de fuerzas no bajan tan rápido (cosas de la fatiga muscular).
Al llegar al avituallamiento de la Ermita de Sant Antóni, fui uno de los hombres más felices del mundo.... hasta que me dijeron que quedaban 6 kms. ¡A añadir a los 42 que ya llevábamos!. A partir de aquí, de sopresa en sorpresa. Primero comienza una bajada por asfalto, cómoda, y cuando tomas velocidad veo a un miembro de Protección Civil. "Malo", exclamo. Y sí, en vez de seguir por la carretera, a otra pista, con un cartel de Bajada Peligrosa. Salvada esta, comienza una zona de pequeños toboganes que desemboca en la Vía Verde. Sonrisa de satisfacción, rota por la visión de otro miembro del mismo cuerpo: no hace falta que me diga nada, a por otra senda.
Al salir de esta para coger una pista y en un momento de confusión en un cruce, tengo el principal bajón de la carrera. No físico, porque voy muy entero, sino mental. Me sorprendo hablando solo; bueno, quejándome, con pensamientos como que si hay que correr 50 kms que lo digan y no mencionen 45, que dónde está Alcoy, que si esta era la pista que había dicho Andrés que tendría la carrera (50/50 la relación entre senda y pista, había declarado), que este trail no me lo puedo apuntar como maratón y tiene que ir al listado de ultras... hasta que salgo a un cruce y le pregunto a un voluntario que para dónde. Me contesta que hacia arriba, y me dan ganas de abrazarle. La rampa es dura pero creo que es el comienzo de la ciudad: no puede quedar mucho. Pronto empiezo a bajar y reconozco las cercanías de la casa de nuestro anfitrión y, por tanto, los últimos metros. Casi un kilómetro, en realidad, pero ya el sembrante de los últimos minutos cambia.
Sin ninguna cuesta que subir más, me relajo e incluso me emociono ligeramente. Concluyo en un magnífico tiempo de 5h42' y puesto 34º de la clasificación general. Recupero líquidos mientras espero al resto; Juanlu, que es el que marca el crono oficial del equipo, llega sobre una hora después, lo que nos da el puesto 19º y 6º en la categoría. En todos los sentidos, mejor de lo esperado. Todos los equipos que habían concluido recibían la medalla en la tarima colocada para la ocasión.
La carrera, colosal y bien organizada. Muy difícil de marcar con tanta senda (y mucha cinta quitada a propósito por vándalos) y muchísimos cruces que podían llevar a confusión, pero en líneas generales más que aceptable este aspecto. Avituallamientos completos y suficientes, aunque corrí con camelback (que me resulta cómoda), con isotónico en gran cantidad, agua, fruta y barritas. Voluntarios entusiastas y muchos miembros de Protección Civil que, al concluir las 12 horas de tiempo y cuando cruzaron la plaza para coger los vehículos, recibieron una espontánea, atronadora y merecida ovación de los que todavía quedábamos por allí. Y lo mismo ocurrió cuando subió toda la organización a la tarima para hacerse la foto de rigor.
Hoy, lunes, piernas en buen estado y todavía satisfacción acumulada. Aunque algo cabreado porque, como dije antes, si en el mundo hubiera más gente como Andrés (y sus suegros y mujer, Ana), el mundo sería un lugar mucho más agradable. En 15 días, el Maratón del Anochecer: espero que las piernas no se quejen mucho.
Muy buena crónica Carlos, lo que ha sido la carrera, tendré que coger algún nombre, que veo los recuerdas mejor que yo. Habrá que volver, la carrera se lo ha merecido, y los anfitriones, excepcionales, también, les debemos una.
ResponderEliminarUn placer compartir carrera, gastronomía, baño y algún pequeño cabreo en carrera. Sois unos cracks.
Salu2
La verdad es que ha sido un lujo el fin de semana. Andrés y su familia merecen el cielo. Repetiremos.
EliminarEnhorabuena, Carlos.
ResponderEliminarVeo que ya eres montañero, es decir, que te encantan las carreras de montaña con mucha, mucha senda, pero como cualquier mortal, cuando tienes ganas de llegar a meta, ya no haces asco a una buena pista, incluso un poco de asfalto, jeje.
Bienvenido al club.
Siempre que se pueda correr bastante me gustan. Muy técnicas ya no tanto. El año que vienes te vienes, Juan.
EliminarUn poquito de dientes largos sí que me has puesto.....pero sólo por el arroz jeje, que 48 son muchos para mí.
ResponderEliminarEl aliento en el cogote (más cuando les adelantas) y hablando sólo, que dos momentos más buenos.
La verdad es que casi parece estar allí tal y como lo vas narrando, muy buena crónica desde luego.
Un saludo.
Gracias, JVG. Poco a poco, en medias de este tipo también se puede disfrutar y mucho.
EliminarUn saludo.
Menudo carrerón!...te podía imaginar perfectamente en esos kms de más al final...anda y que no jode ni nada!!!...
ResponderEliminarFelicidades a los 4. Espero poder ir otro año a conocerla.
Besitos.
Te la recomiendo. Yo intentaré repetir por todo lo que ha rodeado.
EliminarGracias, máquina!!!