martes, 2 de julio de 2013

Gran Trail de Peñalara 60 K

Llegaba la hora del Gran Trail de Peñalara, que podía ser considerado como la prueba objetivo de la temporada. Por ser la de mayor distancia a la que me voy a enfrentar este año (y que he afrontado hasta la fecha) y por su dureza. Apuntado desde que abrieron inscripciones el día 1de Enero, 450 plazas que vuelan, la acumulación de kilómetros había estado dirigida a este trail. La verdad es que se ha convertido en cita de culto en sus tres modalidades (60, 80, y 110 kms) y referencia obligada del ultratrail. 


Mi preparación, incluso, fue algo mejor que de costumbre para pruebas por montaña, aunque vivir en plena zona llana sigue siendo un lastre para esto. Desde el 28 de abril, 2 medias maratones llamadas de montaña pero rapidísimas y con poco desnivel, el Trail de Alcoy (48,5 kms) y 3 tiradas de aproximadamente 25 kms en la zona de Valdehierro (Madridejos). Eso sí, debo reconocer que en cuanto a fondo, estoy como nunca y en esas tiradas me notaba con bastante fuerza para subir cortafuegos y similares.

El viernes a las 12 de la noche salían los corredores del GTP 80 y el GTP 110 (Andrés y Celso, dos de los integrantes del equipo que hicimos Alcoy entre ellos) y poco después un Cross Nocturno de 10,2 kms iniciático y con un carácter bastante popular. El gran Juanlu me hacía el favor de recoger el dorsal, con lo que durmiendo en Madrid, sólo tenía que levantarme a las 5.15 para llegar a Navacerrada con tiempo para tomar el autobús que nos llevaba a Rascafría, lugar de la salida. Allí encontré a otro fenómeno: Pedro de las Heras. A Pedro, Peri (a quien subiendo Peñalara  llamé Peti, aunque lo raro fue que pudiera hablar en ese momento), lo conocí en junio del año anterior en los 100 de Corricolari, donde yo hacía la mini de 34 kms y tuve el placer de hacer buena parte de mi recorrido junto a él y hacerle así como de liebre en esa primera parte de su carrera. Buscando por la red no había conseguido dar con él, hasta que hace unos meses  me encontró. 

Pedro es un fenómeno, con un nivel muy superior al mío aunque coincidimos, eso sí, en la forma de percibir diferentes aspectos del atletismo popular. Así, en los momentos previos, intercambiamos impresiones. Los dos (cada uno en su nivel) sabíamos que estábamos más que capacitados para terminar la prueba, pero que la incertidumbre es realizarla no ya en un tiempo determinado, sino en unas condiciones adecuadas. Y es que, aunque parezca mentira, hay gente que se apunta a estas pruebas con una preparación realmente insuficiente. Vi a gente que seguro es incapaz de hacer un maratón en asfalto sin tener que pararse varias veces; lógicamente, sus prestaciones en este terreno y estas distancias no pueden ser mejores y sí  peores, por lo que convierten el evento en una continua marcha. Las organizaciones lo saben, necesitan participantes, los tiempos para terminarlas son generosos.

Llegando a Claveles
De estas y otras cosas departíamos cuando se dio la salida, puntual, a las 8.15. Pronto comenzábamos la primera ascensión, que nos llevaría al Puerto del Reventón. Tras salir del pueblo (y ver al genial Gerardo, que participaba en los 80 kms) tomamos una especie de camino que desemboca en una senda que cruza un robredal. Esta ascensión es asumible, aunque pronto empezamos a pasar a gente que comienza a andar (si ni siquiera se asumen estas primeras rampas, esto puede ser un día de campo y no una carrera, la verdad). De aquí se sale hasta una pista, con zonas bastante empinadas pero en la que se puede correr. Aunque me quedo un poco atrás cuando bebo agua, terminaré alcanzando a Pedro. Así, de un tirón, llegamos al primer avituallamiento y poco después al primer control (sobre 1h13'). Decido llenar de líquido el cameback, aunque lleve un poco más de peso, no me quiero quedar sin combustible.

Junto a un chaval de Sevilla, los tres afrontamos la parte dura (y bellísima, con la visión de toda la comarca) del recorrido. Hay zonas de tener que andar, pero uno u otro, cuando se puede correr, comienza a hacerlo, imitándolo los demás. Estamos por encima de los 2000 metros y pasamos por el Puerto de los Neveros (cruzando, lógicamente un nevero escurridizo) y el Risco de Claveles. Esta subida, entre roca granítica  parece no acabarse y hay zonas en las que directamente se trepa y hay que ayudarse de las manos. Aquí voy con cuidado, se me escapan los compañeros y también me adelanta algún corredor más, entre ellos Kike (Dragon), con el que hablo un tramo. Es la zona más técnica. De aquí, a Peñalara, el punto más alto de la prueba: 2.429 mts (2h24' y km 18 o así). Sorprendentemente, igual que en toda la zona desde el Reventón, hay gente animando en la cima.... y entre ellos Jesús y Alberto. Extraordinario y emotivo.

Coronando Peñalara, con neveros
A partir de este momento se inicia una dura bajada, técnica. Primero, por una zona "libre", sin senda, entre piedra. Luego, por una especie de senda repleta de eses y con piedra suelta. Ante todo, prudencia, lo que hace que sean 4-5 corredores los que me pasen. Sin problemas, es algo asumido. Cuando llegamos a un chozo que me había indicado Kike (Chozo Arangüez), concluye lo más peligroso. Quedan unos 6 kms hasta La Granja de descenso: no por una alfombra, pero más o menos cómodo. Al llegar al pueblo, todas las personas con las que te cruzas te animan, desde los bares y terrazas se oyen aplausos... en la plaza  está el segundo avituallamiento. Me he bebido casi todo el líquido que llevaba y es que, a pesar de una ligera brisa, el calor y los kms, 29 ya, están empezando a dejarse notar. 3h31' y esto parece que acaba de empezar.

Pequeño descanso, con agua e isotónico, un trozo de plátano y otro de barrita (mecánicamente lo haré en cada uno de los 4 avituallamientos) y para adelante. Al salir de la localidad me guío por los dos corredores que van delante mío y de pronto uno se para: no hay balizas. Nos reunimos los tres que nos hemos extraviado y planteo volver hacia atrás. Uno de ellos dice que él conoce la zona y que nos lleva al encuentro con el trazado correcto. Tras casi 15' de incertidumbre, de tiro por aquí o por allá y cosas así, finalmente bajamos hasta un río y vemos corredores. Respiro aliviado, aunque pronto comprendo que hay que buscar un paso para cruzar al otro lado, por donde transcurre la carrera. Un compañero anda desabrochándose las zapatillas cuando el otro se mete directamente, con el agua hasta las rodillas y lo cruzo. Instintivamente le imito. Los siguientes kms iré escuchando un ruido similar al de los zombies en el vídeo Thriller de Michael Jackson, pero no hay nada como el calor para secar. El error: no habíamos cruzado un paso de cebra.

Aunque debo ir pasando a algún corredor que venía por detrás antes de La Granja, no ha sido mucho lo que hemos perdido, aunque hayamos hecho bastante más de un 1 km añadido y parándonos de vez en cuando para decidir. Ya tranquilo, es el momento de disfrutar. Por delante, unos 12 kms que llevan a la Casa de la Pesca. Los primeros 8 o 10, en ligero ascenso, circulan al lado del río Eresma, donde la gente está de picnic, jugando o bañándose. Por los caminos y sendas nos cruzamos con paseantes, ciclistas que nos ceden el paso (casi, pero no siempre) y nos animan. En los últimos ya comienzan las rampas, aunque más o menos asumibles.  En la mencionada Casa de la Pesca, sobre el km 40, está el tercer avituallamiento. 5h02' de carrera... y 20 kms por delante.

La sorpresa viene en la segunda parte de la subida. Difícilmente olvidable la subida a Fuenfría. Serán 4 kms o así, nada técnicos, pues es un camino más o menos transitable... pero infernal. Una rampa durísima, y otra tras otra, que invitaban a parar... no ya de correr, que no se podía hacer, sino de andar. El calor, una mosca que se cebó en mí y decidió acompañarme... y parecía que venía un llano y nada. Atroz, de lo peor  que he tenido que sortear en una prueba; y eso que hice una "pasada" a otro corredor, que directamente se paró en mitad de la cuesta. Finalmente, exhausto, empiezo a escuchar ruido: debe ser una buena señal. Unos minutos después veo el control y me pongo a gritar junto a los chavales que empiezan a animarme. Ni me paro en la fuente, quiero olvidarme cuanto antes de ese
tramo. Unos 5 kms en 45'.
Valle de la Fuenfría
Subiendo había pensado que quizá había pinchado. Sin embargo, pronto me veo corriendo con fluidez de nuevo por la Senda de los Cospes. Es el momento de afrontar el Camino Schmid. De aquí hasta Navacerrada unos 6 kms por senda, con toboganes, a veces picando hacia arriba, a veces hacia abajo. Nuevamente te cruzas con senderistas, ciclistas... que aplauden y te dedican algún comentario. Menos algún momento muy puntual en el que, fruto de la fatiga, hay que andar en alguna rampa más severa, sigo corriendo y afrontando la mayoría de los toboganes sin problema. Que no sin esfuerzo, por supuesto. Cerca ya de Navacerrada, hay gente animando en las últimas rampas y me sorprendo a mí mismo manteniendo el trote. "Ya está, una hora y en meta", me grita toda una campeona como Belén (Díez). Tras pasar el control, 6h33', empiezo a hablar con uno que está grabando y me sigue. Hay un pequeño descenso hasta el avituallamiento, en Navacerrada, que me viene de lujo. La gente desde las terrazas de los bares se pone a aplaudir cuando llego y yo, respondo con gritos y gestos. La hormona de la felicidad disgregándose por la sierra madrileña. 

Esto no ha acabado, sin embargo. Después de comer algo y rellenar la mochila de líquido (cada poco tiempo debo ir bebiendo, pues el cuerpo lo pide), uno de los últimos escollos: hay que subir hasta el Paso del Emburriadero. Otro kilometrillo para arriba que a estas alturas resulta durísimo y en el que tengo que alternar correr con andar. Y sólo queda bajar. Alegría pero no tanta, porque vaya bajada. Empezamos por senda con piedra suelta y con el agravante de que a estas alturas, los reflejos son escasos y el cansancio muscular grande. Después, entramos en la zona de pedregal. "Una pista, mi reino por una pista forestal", pienso. Y al final, creo ver un voluntario que me dice algo que no logro entender, pues creo que incluso el oído ya empieza a fallar. Creo entenderle a la izquierda y 4, que pienso que kilómetros. 

Me animo y acelero el paso cuando finalmente salgo a la anhelada pista. Más adelante un nuevo control (el de la Barranca) y los voluntarios que me animan y me dicen que ya está hecho, que me quedan 5 kms. Lógicamente, no me cuadran las cuentas. Pero nuevamente las endorfinas salen a relucir y cuando la gente con la que cruzas te anima (una constante en toda la carrera) les respondo y agradezco. Alcanzo a otro corredor al entrar en el pueblo, este de los 110 kilómetros y tras una pequeña confusión en el trazado (por otro maldito paso de cebra), afrontamos de charla los últimos metros hasta la plaza de la localidad, lugar de la meta. Es la hora de comer y no hay mucha gente comparado con el ambiente de dos horas después, pero la entrada bajo el arco final me resulta emotiva. 7h42' de esfuerzo. Nunca pensé que podía hacer un tiempo así. Además, y aunque al final bailó un puesto, posición nº 14. Algo todavía más impensable.

Con un fuera de serie
Me abrazo con Pedro, que ha quedado ni más ni menos que el 8º. Al menos tuve la suerte de hacer unos kms con él, más de un año después, y de que me "inmortalizara" subiendo a Claveles. Después de ducharme a saludar y hablar con  conocidos finishers: Marek en los 110, Alberto, Paco, Kike, Juanlu...Celso y Andrés, a quienes no pude ver por meterme en el coche antes de que la pereza me envolviese, también acabaron con nota el largo.

Disfrutando del  estado de forma

El GTP 60 es deslumbrante, precioso, apasionante y duro. Pese a ello, considero que bastante corrible en gran parte del recorrido (si se ha preparado, claro está) lo que lo hace, a mis ojos, muy atractivo. Posiblemente, en este tipo de pruebas, aquí me plante. Es decir, no me motiva hacer pruebas de más kilómetros si prácticamente los que se añadan no van a ser como los que he hecho aquí: andando lo imprescindible. A mí lo que me gusta es correr y el mundo del trail en España ha crecido tanto que se puede elegir.  Cada uno... conozco a gente que dice que todas las cuestas las hace andando para estar más fresco. De momento, yo no lo concibo así. En un futuro, quizá. No lo descarto.

Para finalizar, agradecimientos a todos los amigos, con Juanlu y Pedro a la cabeza. Y destacar una organización perfecta y el agradecimiento a voluntarios y espontáneos, a quienes no conocías, que te animaban cuando te cruzabas con ellos, haciendo más llevadero el esfuerzo.

10 comentarios:

  1. Un placer compartir de nuevo previos y post de carrera, en carrera es imposible a día de hoy. La prueba bien organizada y todo un acierto llevarla a la plaza del pueblo, el ambiente inmejorable.
    Para mí hizo un poco de calor de más algún rato, como después de La Granja y en la pista los últimos kms, pero asumible, la cuesta...... ufff, yo tuve que parar en medio, quizás llegué y la comencé con demasiado ritmo.
    Salu2 y enhorabuena por ese tiempazo.

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    1. Yo quedé encantando con organización, espontáneos animando, etc. digna de repetirse. Aunque no me sale otra carrera así en la vida.

      A comerte el calendario, máquina.

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  2. Enhorabuena Carlos por ese tiempazo y por tu crónica muy descriptiva. Espero nos veamos en la siguiente!

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    1. Enhorabuena a ti por ese finisher en la grande. En Guadarrama seguro que nos vemos. Hemos tardado en darle al enter...

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  3. jajaja...vaya con la Fuenfria, en todo este tipo de carreras la organización siempre nos regala una cuesta del cachondeo.
    Enhorabuena crack, eres bueno , muy bueno !!!!!

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    1. Peri, codearme unos kms contigo para mí ya es como una medalla, je, je. Lo mejor, ir charlando y volver a verte, crack.

      Nos encontraremos en otra. Ahora a descansar un poquillo.

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  4. Ufff, los pelillos de punta, Carlos. ¡¡Enhorabuena, qué tiempazo, sí que estás fuerte!!

    Genial,la crónica, parece que está uno allí...


    Esta la haré algún día, le tengo ganas. Tiene que ser preciosa y no sé lo que se debe sentirá al terminar algo así, pero tiene que ser increíble. Me la prepararé lo mejor posible, pero seguro que ando en las cuestas... :-)

    Un besote.

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    1. Lo pasarás con nota, Almu. Como todo lo que te propones. Realmente preciosa la carrera.

      Un beso.

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  5. A partir de ahora, cuando entrenes, te quiero ver cruzando pasos de cebra cada 3 kms!!!!jajaja...

    Enhorabuena por hacerlo tan bien. Ya sabía yo que a ti igual te daba asfalto que montaña. El que es bueno, es bueno en todas partes...y el que ha de caminar subiendo (es mi caso, por ejemplo), pues no le queda otra si quiere llegar sano y salvo a meta. Es lo que hay, cada uno da hasta donde puede (o quiere), lo importante es disfrutar del camino.

    Besitos y a descansar de tan gran esfuerzo.





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    1. El problema es que aquí no tengo montaña cerca. Si pudiera entrenar algún día cada semana, lo haría hasta bien. Pero no se puede estar a todo.

      Lo has dicho, lo importante es disfrutar.

      Un beso

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