miércoles, 21 de marzo de 2012

Adiós o Hasta la vista: Catálogo de despedidas inolvidables

Que una persona allegada desde un punto de vista afectivo tenga que tomar un avión, alejarse (si cabe más de lo que ya estaba) y comenzar una nueva vida, ha puesto  enseguida a trabajar mi cerebro, o la pequeña parte del mismo que todavía queda aparentemente sana, para recordar algunas películas memorables que contienen escenas cuyo denominador común es la despedida, la separación. Me vienen bastante más a la mente pero esta es mi actual selección que, posiblemente, variaría si la hiciera la semana que viene. En fin, sólo quiere ser una muestra de lo difícil (y bello en pantalla, en ocasiones) puede ser decir adiós... o hasta la vista.

Comenzamos con una agridulce: la mítica Marlene Dietrich despidiéndose de su rico protector, de una vida cómoda y ¡hasta de sus zapatos! para cruzar el desierto siguiendo al hombre del que se enamora. Por supuesto, que sea un Gary Cooper enrolado en la Legión Extranjera ayuda a la decisión. La película, Morocco (Marruecos. J. Von Sternberg, 1930). Impagable esa escena final donde sólo se oye el sonido ambiente y cómo la Dietrich comienza la marcha.


Entre las separaciones más inolvidables está la de The maltese Falcon (El halcón maltés. John Huston, 1941) don el Sam Spade interpretado por Bogart, a pesar de estar enamorado de Brigid (Mary Asthor) la entrega a la policía por haber asesinado a su socio. La película, pionera en el género del  film noir, estaba basada en la novela homónima del gran Dashiell Hammett. Y contiene aquello de: "Tendrás suerte si te echan cadena perpetua. Eso significa que, si eres una buena chica, saldrás a los 20 años: te estaré esperando. Si te ahorcan... te recordaré siempre". Desgraciadamente, la Warner ha convertido en imposible que pueda subir esas imágenes. Aquí el enlace para verlas.
http://www.youtube.com/watch?v=TVVe7VooaqA

Todos sabemos que la convivencia a veces es difícil. A veces cuesta separarte de la mujer que amas aunque esta tenga unas condiciones "especiales". Después de mil y una vivencias, de estar perdidamente enamorado de Scarlett desde que la vio por primera vez, Rhett decide seguir su propio camino lejos de su mujer. Aunque sabemos que posiblemente vuelvan a juntarse (ya que en palabras del propio Rhett "pese a ti, a mí y a este mundo que se desmorona a nuestro alrededor te quiero: porque somos iguales, dos malas personas, egoistas y astutas"), de momento lo que Scarlett haga francamente, le importa un bledo ("Frankly, my dear, I don't give a damn"). Tremendo final para la legendaria Gone with the wind (Lo que el viento se llevó. Victor Fleming -entre otros-, 1939).


El maestro Billy Wilder ideó un Sherlock Holmes que caía derrotado y enamorado de una espía prusiana que hacía señas con su sombrilla en la magnífica The private life of Sherlock Holmes (La vida privada de Sherlock Homes. B. Wilder, 1970). Una vez descubierta, no tiene más remedio que entregarla a las autoridades. Esto da lugar a una sencilla, sutil y excelente declaración de amor... en clave morse y con la música de Miklós Rózsa de fondo.


La dura Viena de postguerra hace que no haya más remedio que adaptarse. En The third man (El tercer hombre. Carol Reed, 1949), película escrita basándose en su novela por Graham Greene esta es la escena en la que los protagonistas, Anna y Martins, se separan definitivamente tras el segundo entierro del verdadero protagonista, Harry Lime. Espectacular también la cítara de Anton Karas.


Históricamente enclavada unos años antes que esta última, durante la 2ª Guerra Mundial, Au revoir les enfants (Adiós, muchachos. Louis Malle, 1987) nos deja una amarga despedida, esta vez a través de los ojos cargados de inocencia de un niño. Un solo gesto nos hace derrumbarnos ante la gravedad de la pérdida.


En ocasiones, las despedidas son inevitables dada las diferencias de condición entre los implicados. El futuro de la relación es imposible en el caso de Ana y Joe, digamos que por razones profesionales: ella es una princesa centro-europea y él un corresponsal en Roma para un periódico norteamericano en la fabulosa Roman Holyday (Vacaciones en Roma. William Wyler, 1953). Como ni Gregory Peck era un trepa que presentaba telediarios, ni Audrey Hepburn con el tiempo heredaría el trono de un país en el que todo vale, su amor era imposible y se reduciría al recuerdo de un viaje en Vespa y el engaño de la Bocca de la verità.


Otras veces, la decisión de partir o permanecer es tan complicada que siempre se puede tener la sensación de perder. ¿Qué hubiéramos hecho en el caso de ser Francesca (Meryl Streep) en el mejor melodrama de los últimos 30 años? Y, desde luego, no vale contestar irse con Robert y volver a casa cuando hayamos descubierto que no es como creíamos. La escena de la duda en The bridges of Madison County (Los puentes de Madison. C. Eastwood, 1995), con la lluvia y la adorable música de Lennie Niehaus.


¿Cómo te despedirías de una persona que has conocido en un tren el día anterior pero que sospechas que podía ser el amor de tu vida? Los protagonistas de la grandiosa Before Sunrise (Antes del amanecer. Richard Linklater, 1995) se emplazan a volver a verse allí mismo (en Viena) 6 meses después. Años más tarde se hizo la película que completaba el díptico (igualmente genial si no más) y descubrimos lo que ocurrió. Pero es el momento lo que importa.


Y, para terminar, the end of the ends. Rick Blaine abandona a Ilsa Laszlo en Casablanca (Michael Curtiz, 1942). Deja a la única mujer que verdaderamente ha querido porque considera es lo mejor para ella, para su marido y para el devenir de la 2ª Guerra Mundial. Casi nada. Por supuesto, de lágrima obligatoria cada vez que se ve (y recomiendo frecuentemente) esta absoluta obra maestra.



Inspired by the monis

1 comentario:

  1. Una joyita de post. Ni te diré que faltan ni que sobran, es tu selección y es muy acertada. Eso sí, no quita que esté en desacuerdo con que Casablanca sea una obra maestra. Ni de coña.
    Un detallito esta expresión de sentimientos. Alguien debería agradecértelo.

    Un abrazo

    Santi

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